«Nos encantaría ayudarte a cruzar el Atlántico de regreso. Estamos dispuestos a ponernos en contacto contigo para hacerlo posible». Con este mensaje en Twitter, Teresa Ribera, ministra en funciones para la Transición Ecológica, ha ofrecido a la activista sueca Greta Thunberg la ayuda del Gobierno central para que asista a la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP25), que este año celebra su edición número 25.

La cita debía celebrarse en Chile y finalmente tendrá lugar en Madrid del 2 al 13 de diciembre a causa de los disturbios que se han vivido en el país sudamericano. Chile ya heredó la reunión, que en principio debía producirse en Brasil. Así pues, la secretaria ejecutiva de la ONU para el Cambio Climático, Patricia Espinosa, anunció ayer que aceptaba la oferta de Pedro Sánchez de celebrar la COP25 en Madrid. Una iniciativa del Gobierno fuertemente aplaudida por las asociaciones ecologístas españolas.

ayuda para cruzar / En su mensaje, escrito en inglés, Ribera afirma que sería «genial» que la joven activista pudiera asistir a la cita. Lo hace horas después de que la propia activista pidiera públicamente ayuda para desplazarse hasta la capital de España. «Ahora que la COP25 se ha trasladado oficialmente de Santiago a Madrid, necesitaré algo de ayuda. Resulta que me he cruzado medio mundo en sentido contrario», afirmó Thunberg el viernes su cuenta de Twitter, «necesito encontrar una forma de cruzar el Atlántico en noviembre».

La joven sueca, que rechaza el transporte en avión para reducir la huella ecológica, llegó a Nueva York a finales de agosto en un barco especialmente preparado para reducir al mínimo las emisiones contaminantes (el Malizia II), después de 15 días de navegación, para participar en una cumbre sobre el clima en las Naciones Unidas. El capitán y propietario del velero ecológico es Pierre Casiraghi, el tercer hijo de la princesa Carolina de Mónaco y Stéfano Casiraghi, que cruzó junto a la joven Thunberg y su padre el Atlántico hasta New York con muy pocas comodidades.

Después de la Cumbre de Nueva York, emprendió una campaña de concienciación que le ha llevado a Canadá como último destino. Desde allí desea trasladarse ahora a Madrid. La activista ha lamentado que no pueda visitar «esta vez» países del centro y el sur de América, pero ha explicado que quiere viajar a Madrid para seguir alertando de la «emergencia climática y ecológica». «Si alguien me pudiese encontrar algún transporte, le estaría agradecida», ha dicho.

DE BRASIL A MADRID / El año pasado, Brasil ya retiro su oferta para albergar la Cumbre del Clima por alegando dificultades presupuestarias. Jair Bolsonaro declaró posteriormente que «nuestra diplomacia actuó contra la COP25 porque no es de nuestro interés y porque lo que está en juego es nuestra soberanía: a cambio del acuerdo de clima (de París), que aceptamos por ser favorables a la preservación del medioambiente, quieren entregar gran parte de la Amazonía a la administración externa».

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, ofreció entonces el país sudaméricano para ser la sede climática durante dos semanas. Oferta que tuvo que retirar el pasado 30 de octubre tras la fuerte crisis social que vive el país. «Esta ha sido una decisión muy difícil, una decisión que nos causa mucho dolor, porque entendemos completamente la importancia de APEC y COP25 para Chile y para el mundo», dijo Piñera.

El testigo lo recogió Pedro Sánchez, que lanzó la petición al Consejo de la ONU y quienes aceptaron al día siguiente. España se encargará, a contra reloj, de la organización del evento y la infraestructura, pero la presidencia de la cumbre seguirá recayendo en el gobierno chileno.