Desde que trascendió que el Gobierno había elegido la Llotja de Mar como sede de la reunión que celebrará el 21 de diciembre en Barcelona surgieron dudas en los cuerpos policiales sobre la idoneidad de esa ubicación, en pleno centro de la ciudad. Las numerosas protestas independentistas previstas para ese día -de los CDR, ANC y Òmnium, entre otros- hicieron que se pusiera sobre la mesa la posibilidad de trasladar el encuentro a otro punto menos concurrido, por ejemplo el Palacete Albéniz. Pero, tras varias reuniones entre los diferentes cuerpos policiales, ayer se decidió finalmente mantener La Llotja como lugar elegido.

Antes de elegir la sede definitiva, la Moncloa estudió celebrarla en otros sitios, pero se decidió que el edificio del paseo de Isabel II era el más indicado por múltiples razones. Una vez anunciado, un cambio de ubicación de última hora habría provocado que el Gobierno diera imagen de debilidad en un momento en el que sus relaciones con el independentismo pasan por su peor momento desde que los socialistas llegaron al poder.

Según confirmó ayer la portavoz del Govern, Elsa Artadi, los Mossos d’Esquadra desaconsejaron que la reunión tuviera lugar en el emblemático edificio. Era una opinión compartida por el resto de cuerpos. La policía catalana sostenía, explicó Artadi, que celebrar el encuentro en La Llotja «tendría más afectaciones en la movilidad y en la normalidad del día a día», al estar tan cerca de vías de comunicación importantes como la Ronda Litoral o Via Laietana, y más teniendo en cuenta que es una jornada de inicio de vacaciones en las escuelas. Además, los Mossos apuntaron que no era «el sitio más idóneo».

La portavoz del Govern puntualizó en Onda Cero que no había razones «políticas» detrás de esa advertencia. Lo dijo para desvincularla de las críticas que ella misma ha lanzado en los últimos días contra el Gobierno por elegir Barcelona para reunirse el 21-D, aniversario de las últimas elecciones catalanas. Artadi llegó a afirmar que ese encuentro se vería como «una provocación».

«ACTITUDES PACÍFICAS» / Aunque ayer llamó a los independentistas a mantener «actitudes pacíficas y cívicas», la portavoz del Govern insistió también en que la obligación del Ejecutivo catalán es garantizar «todos los derechos, tanto el de la reunión del Consejo de Ministros como el derecho a protesta o a huelga».

Artadi también se mostró más conciliadora que en las últimas semanas cuando abrió la puerta a la celebración de una reunión entre Quim Torra y Pedro Sánchez si el encuentro puede tener contenido político y no es meramente «protocolario». Lo que subrayó ayer la portavoz de la Generalitat es que no han recibido «ninguna propuesta del Gobierno español» para celebrar esta reunión entre presidentes. «Por lo tanto, no podemos responder a una invitación que no existe», añadió.

El Ministerio del Interior diseña el dispositivo con el que reforzará la seguridad para el próximo jueves, ante la intención de los CDR y la ANC de colapsar la ciudad. Previsiblemente, se movilizarán más de 1.100 policías y guardias civiles, que se unirán a los Mossos para garantizar la seguridad.