Frentista», «sectario» y «divisorio» son algunos de los duros adjetivos con los que la Moncloa calificó el discurso pronunciado ayer por el candidato «cesarista» Joaquim Torra ante el Parlament. En un comunicado oficial emitido poco después de la primera intervención de Torra, el Gobierno restó credibilidad a la oferta de diálogo formulada por el aspirante desde la tribuna del Parlament. Y advirtió de que el Gobierno «estará muy vigilante» sobre los actos del candidato designado por Carles Puigdemont y de su posible Govern.

La excepcionalidad del comunicado -por el lenguaje empleado y por producirse en respuesta a un discurso parlamentario, sin que ni siquiera se hubiera producido una votación- es fruto del evidente nerviosismo que admiten fuentes del Gobierno y del PP ante una situación que califican como «grave». Así la califican en la semana en que el líder de Cs, Albert Rivera, ha hablado de romper con Mariano Rajoy tras acusarle de ser demasiado blando en la aplicación del 155.

En el texto emitido por la Moncloa no existe ninguna referencia directa a la continuidad, o no, de ese artículo de la Constitución en Cataluña, pero se advierte de que «cualquier ilegalidad será reparada» y «cualquier vulneración» del marco constitucional «será respondida». «Los partidos independentistas saben que no tienen ninguna posibilidad de lograr sus propósitos secesionistas», añade.

Desde el punto de vista del Ejecutivo de Rajoy, las palabras de Torra «evidencian la escasa voluntad y capacidad de diálogo de unas formaciones que niegan la voz primero al conjunto de los catalanes y el entendimiento con el resto de los españoles», señaló.

Poco antes de emitirse este comunicado, el propio Rajoy se había referido al aspirante a jefe del Govern aprovechando su intervención en un acto del PP en Jerez de la Frontera (Cádiz). El líder popular no quiso entrar a valorar al candidato y se emplazó a «juzgarle por sus hechos si al final es elegido» como president, informa Julia Camacho. «Lo que hemos visto y escuchado no nos gusta a muchos porque no es representativo de los ciudadanos catalanes», dijo Rajoy en referencia a las intervenciones con un marcado sesgo antiespañolista de Torra.

Rajoy aseguró que, en cualquier caso, el Ejecutivo central garantizará que «la ley y la Constitución se cumplen» en todo el país, que la unidad de España «se respeta» y que «nadie actuará contra el principio de igualdad de los españoles». La obligación de cualquier gobernante, señaló el presidente, es «gobernar para todos, los que le votan y los que no». En esta ocasión, Rajoy no hizo ninguna nueva alusión a la aplicación del artículo 155.

El viernes ya advirtió al nuevo Govern de que la posibilidad de suprimir la autonomía de una comunidad ya no es una cuestión simbólica recogida en la Constitución, sino que existe un precedente, aunque esperaba «no tener que aplicarlo» de nuevo si se mantenía el cumplimiento de la ley.