La batalla por la imagen, en este caso, por el oficioso título de tener un talante dialogante, ocupa ahora el espacio central de la pugna eterna entre Generalitat y Estado. Las reiteradas proclamas en favor del diálogo, no solo con Catalunya, sino también con el resto de partidos del arco parlamentario hechas por el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, han sido cogidas al vuelo este martes por el Govern. Según ha anunciado la portavoz del Ejecutivo catalán, neus Munté, el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, tiene previsto ponerse en contacto con la vicepresidenta del Ejecutivo central, Soraya Saénz de Santamaría, para invitarla a mantener una reunión en Barcelona en la que abordar las cuestiones pendientes de "la agenda política catalana".

Junqueras y Santamaría ya mantuvieron una conversación telefónica después de que la vicepresidenta asumiera la cartera de Administraciones territoriales con la formación del nuevo Gobierno. Asimismo, mantuvieron un encuentro en Madrid el pasado mes de abril.

"Estamos convencidos de que para, acortar distancias y mostrar empatía, la vicepresidenta aceptará la invitación que el vicepresidente le formulará para que venga a Catalunya", ha afirmado a modo de reto la también 'consellera' de Presidència en la rueda de prensa posterior al Consell Executiu.

Según Munté, entre las cuestiones que quieren abordar están los 46 puntos que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, entregó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, además de reclamar que están por el diálogo pero desde la "bilateralidad". De hecho, la mitad de esos 46 ya fueron entregadas por Artur Mas en una de sus últimas visitas a la Moncloa, sin que hasta ahora se haya sabido qué piensa el jecutivo central de ellas.

Tras desear que el encuentro tenga lugar lo antes posible, y si pudiera ser antes de la cumbre de presidentes autonómicos sobre financiación autonómica, ha destacado que el objetivo es centrarse en profundizar en las cuestiones pendientes de la carpeta catalana, tanto en el ámbito político como económico, y en los citados 46 puntos, "que dan para mucho".

REFERÉNDUM

Tras insistir en que la reunión es para abordar específicamente las peticiones, ha constatado que la petición para hacer un referéndum acordado sigue vigente. Sigue así la disparidad de visiones entre ambos gobiernos pues, mientras el catalán considera que esas 46 peticiones forman parte de la obligación del Gobierno central de velar por los intereses de sus contribuyentes, independientemente de las polémicas políticas, el Ejecutivo de Rajoy sitúa este diálogo y las peticiones como la otra cara de la moneda de la imposible reivindicación secesionista.

Respecto al sistema de financiación, Munté ha admitido que sí que estarán atentos a lo que se plantee, pero no contribuirán a hacer "una sesión de chapa y pintura de un modelo de financiación caducado".