Las negociaciones para conformar gobiernos locales, autonómicos y, sobre todo, el Ejecutivo estatal están en marcha y cada partido político intenta analizar cuál puede ser la estrategia que les dé mayor rédito político. En medio de esta maraña de intenciones, declaraciones y acusaciones, el CIS dejó claro ayer que la ciudadanía está dividida entre un Gobierno monocolor socialista y una coalición entre distintos partidos, en la que sale ganando la alianza del PSOE y Unidas Podemos.

Con este escenario encima de la mesa, el secretario general morado, Pablo Iglesias, dio una vuelta de tuerca a su estrategia y amagó con no apoyar al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, si no construyen un Ejecutivo en el que haya miembros de los dos partidos. Una opción a la que el secretario de Organización socialista, José Luís Ábalos, abrió la puerta, pese a no ser la deseada por su partido.

Gobierno preferido / Pasadas las elecciones generales y antes de que los ciudadanos volvieran a ser llamados a las urnas el pasado domingo, el CIS, dirigido por José Félix Tezanos, se lanzó a preguntar cuál era la opción preferida de gobierno de cara a los próximos cuatro años. El 44,1 % de los encuestados -la amplia mayoría- defendió una legislatura gobernada por el PSOE de Pedro Sánchez en solitario.

No obstante, un no mucho menor 39,1% apostó por ver al frente del Estado a una coalición de partidos.

Con esta fórmula de gobierno en la cabeza, la mayoría se decantó por el tándem Sánchez-Iglesias, el más previsible, sustentado con los votos de Compromìs, PNV y PRC. Menos seguidores tuvo la unión entre el líder del PSOE y el presidente de Cs, Albert Rivera, que desde hace semanas descarta llegar a ningún acuerdo con el presidente en funciones.

Esta encuesta da cierta ventaja al líder morado para comenzar las negociaciones pese a la sangría de votos que sufrió su formación en las elecciones locales, autonómicas y europeas, y su pérdida de poder para negociar su entrada en el futuro Ejecutivo. El propio Sánchez pidió a Iglesias que reconsiderara su estrategia negociadora tras la debacle del 26-M. Un consejo que los morados se tomaron como una «humillación». La respuesta ha resultado ser un recrudecimiento de las negociaciones para hacer valer el peso de sus 42 diputados en el Congreso.

LAS DOS ALTERNATIVAS / Así, la nueva premisa de los morados es amagar con no apoyar la investidura del líder socialista, que aún no tiene fecha pero fuentes socialistas calculen que tenga lugar a finales de junio o principios de julio. Para ello, plantean dos alternativas muy simples: o Sánchez busca un gobierno de coalición con Unidas Podemos o tendrá que buscar los votos de Cs para seguir al frente de España. El endurecimiento de la estrategia de Iglesias llega también en plenas negociaciones autonómicas en las que tienen el poder de dar el gobierno de Asturias, Canarias, Baleares y La Rioja a los socialistas.

El plante de Iglesias coincidió con unas declaraciones favorables del secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, a abrir las puertas del futuro Ejecutivo a miembros morados, aunque con un encaje diferente al de una alianza entre pares. «Podríamos, en un momento dado, plantearnos la incorporación de miembros de otras formaciones, en este caso de Podemos, pero no bajo la fórmula de la coalición», sentenció en una entrevista a Antena3.

Dentro del principal círculo de colaboradores de Sánchez, Ábalos es de los pocos que ve ventajas en esta unión. Poco después, matizó sus palabras. «No cabe hablar de modelo de coalición porque esto entraña unas significaciones que no compartimos», explicó, antes de señalar que apuestan por «un Gobierno socialista abierto a personas independientes». Pese a todas las idas y venidas, fuentes de Podemos aseguran que aún no hay prevista ninguna reunión entre Sánchez e Iglesias.