Para Pablo Iglesias no hay en toda España otro territorio mejor para iniciar una mini-campaña para una consulta interna para decidir si se permite o no que Pedro Sánchez sea presidente del Gobierno que Barcelona. Primero porque en esta provincia y en el conjunto de Catalunya, Podemos, dentro de la confluencia catalana,En Comú Podem, ganó con comodidad en las elecciones del 20D. Y segundo porque en ningún otro lugar el pacto del PSOE con Ciudadanos levanta tantas ampollas en los sectores progresistas como en el territorio catalán, por aquello de que ya conocen, y ya se baten en duelo, con la fuerza naranja desde hace 10 años.

Iglesias se dio un baño de multitudes en la Aliança del Poblenou, escenario de la noche electoral de la CUP el mismo 20D, donde fue recibido con un atronador coro: "Que no queremos pacto, que no". En cuanto tomó asiento no tardó en apuntar: "No sabéis como necesitaba esto". No en vano, los militantes de Podemos saben que un apoyo a la investidura de Sánchez acarrearía la dimisión del 'Deus ex machina' podemista.

Y sin solución de continuidad, el líder de la fuerza morada se ha arrancado con una intervención -previa a las preguntas que las bases le han dirigido tanto a él como el flamante secretario de Organización, Pablo Echenique- que también encajan en un escenario prelectoral cara a la repetición de las elecciones generales: “No somos como ellos. No estamos dispuestos a convertirnos en lo que esperan nuestros adversarios que seamos. Han querido domesticarnos, pensaron que la lógica institucional nos haría más cómodos para ellos. Y no ha sido así”. Entendiendo como ‘ellos’ a las fuerzas del ‘establishment’ que son tres: PP y, sobre todo, no por ‘establishment’ sino por su cerco para pactar, PSOE y Ciudadanos.

EL 'EFECTO GUATEMALA'

Tras meses de imágenes de podemista en los despachos del Congreso, negociando con ‘ellos’, ha enarbolado Iglesias el discurso que le propulsó al estrellato mediático y político: “No empezamos a hacer política para que todo quede igual. No estamos para elegir entre Guatemala y ‘Guatepeor’”.

A la pregunta directa de si Podemos pactaría con Ciudadanos, y tras un largo “No” del respetable, Iglesias ha recordado que en política hay que dialogar y ceder, pero nunca “traicionar a tu gente” y ha retado al PSOE a hacer lo mismo que él, poner en manos de la militancia con quién quiere pactar. Firme se mantuvo al conceder que solo hay dos vías para evitar unas elecciones, una gran coalición, la de ‘ellos’, es decir, PP-PSOE-C’s, o bien la ‘vía 161, es decir, el pacto de izquierdas. ¿Y la abstención de la fuerza morada?, ha preguntado alguien. E Iglesias fue tajante: Abstenerse es apoyar la “posibilidad de un Gobierno que no quiere el cambio”. Ante lo cual Iglesias ha vuelto al símil-chiste sobre el país centroamericano: “O Guatemala [es decir elecciones] o ‘Guatepeor’[un Ejecutivo sin Podemos].

En los casi 100 minutos que ha durado la charla conla militancia, no ha habido ni una sola referencia al referéndum catalán. Y una sola mención al futuro y al papel que desempeña su fuerza dentro de la llamada confluencia multinombre (Sí que es Pot, En Comú Podem) que ciomparte con ICV, EUiA y, sobre todo, el 'colauismo'. Y ha sido, justamente, para lanzar una advertencia a la alcaldesa de Barcelona, quien ya ha expresado su deseo de que la suma de esfuerzos se constituya en Catalunya como partido propio. Iglesias no ve con buyenos ojos esta posibilidad: "Podemos es un acyor más de esta confluencia que es un espacio de encuentro bonito y útil". Y se cometería un error ha dicho si se quisiera cabar con esta pluralidad.

El papel de Echenique ha sido el de hacer auto-crítica tras las trifulcas internas que ha vivido el partido. Ha justificado que "su jefe", es decir, Iglesias, cesara fulminantemente a su antecesor como secretario de Organización, Sergio Pascual, por la "pérdida de neutralidad de la dirección nacional en asuntos territoriales". Aprendida la lección, Echenique ha prometido que ante el proceso que vive Podem, con tres candidatos a hacerse con las riendas de la fuerza en catalunya (Albano Dante-Fachín, Raimundo Viejo y Jessica Albiach) la dirección no intervendrá.