Pablo Iglesias e Irene Montero consultarán a las bases si deben dimitir o siguen como secretario general y portavoz, respectivamente, de Podemos tras la crisis abierta por el chalet de 600.000 euros, ocho habitaciones, dos piscinas y una casita para invitados en el municipio madrileño de Galapagar.

Diputados podemistas admitieron a este diario el malestar y el miedo de que la compra de una casoplón de lujo afecte decisivamente al apoyo electoral de Podemos en los próximos comicios. Muchos opinaban que la imagen del chalet no iba a poder borrarse del imaginario colectivo, que iba a ser una huella indeleble en la valoración del líder morado y la portavoz parlamentaria.

Antes de conocerse la convocatoria, Podemos ha enviado un correo electrónico a todos sus militantes en el que denuncia la persecución mediática que están sufriendo ambos, algo que entienden que sucede por pertenecer a la formación morada.

Trato diferenciado

En la misiva, el partido ironiza con el diferente trato que reciben los políticos según el partido que escogen. Así, si eligen "bien", estos tendrán "jubilaciones doradas en consejos de administración de empresas del Ibex35, invitaciones al palco del Bernabéu, sobresueldos en B o trato de favor en los juzgados". "O, simplemente, que los medios de comunicación digan de ti que eres guapo e inteligente y te pongan primero en las encuestas", añade la carta.

Por el contrario, si los políticos eligen "mal" y se unen a Podemos, siempre según la opinión del partido, "entonces todo vale", entonces tendrán que "enfrentarse al acoso y la destrucción reputacional por la vía de los medios de comunicación".