Pabo Iglesias subirá a la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados este miércoles con el reto de brillar a pesar de que, necesariamente, esta vez su discurso se tiene que mover más en la escala de los grises que en épicas contundentes. El secretario general de Podemos será áspero contra Mariano Rajoy, que se postula como candidato a la presidencia y previsiblemente perderá las votaciones. Pero su verdadero desafío es conciliar una intervención que sugiera a la vez mano tendida al PSOE para construir un gobierno alternativo y un tono apercibimiento con Pedro Sánchez si finalmente no se atreve a dar el paso de buscar un pacto por a izquierda.

Bajo el manto del diálogo, Iglesias advertirá al líder de los socialistas que, si no explora la vía progresista, será el responsable de unas terceras elecciones, que coincidirían con el día de Navidad. El jefe del partido de izquierda populista necesita amalgamar en su discurso un talante conciliador de oferta con una seria advertencia a Sánchez. Necesita encontrar el equilibrio entre mostrarse abierto al diálogo, recordar al socialista que si no acepta un pacto por la izquierda cargará con la culpa de unos nuevos comicios, y, a la vez dejar de sonar en el hemiciclo como un líder alternativo impredecible que genera más temores que certezas.

Parte de esta línea argumental la ha desvelado el propio Iglesias, que este martes a mediodía ha reunido a su grupo parlamentario en la Cámara baja. “Nuestra obligación es explorar esa alternativa. Si no hay voluntad de explorarla creo que Pedro Sánchez tendrá que decir abiertamente que elige unas terceras elecciones. Nosotros nos las queremos”, ha adelantado. El líder de los morados ha admitido que es consciente de que un plan que pasa por unir a Podemos con el PSOE y los nacionalistas “es difícil” pero considera que es la única alternativa al PP.

“Pedro Sánchez debe decidir. De momento debo elogiar qur ha mantenido su palabra de mantener el ‘no’ a Rajoy, pero si no quiere nuevas elecciones está obligado a buscar una alternativa con nosotros”, ha insistido, consciente de la compleja situación que atraviesa su partido si tiene que encarar unos terceros comicios generales. Tras el 'no' a Sánchez en marzo, en un discurso de gran dureza, y el rechazo a Rajoy Iglesias se ve obligado a tender la mano a su adversario natural con el riesgo de desdibujarse que eso supondría en la antesala de una posible vuelta a las urnas, cuando los resultados del 26-J ya fueron menores de lo esperado.

Iglesias y Sánchez conversaron durante las vacaciones de verano para explorar las posibilidades de una acción conjunta tras el previsible fracaso de Rajoy en la investidura a la que se somete esta semana, con una primera votación el miércoles y la segunda el viernes. Según el podemista, ambos están de acuerdo en analizar un posible gobierno de izquierdas pero el PSOE desmiente que Sánchez comparta esa visión. Prudente en esta ocasión, Iglesias ha evitado echar más leña al fuego y no ha replicado el comunicado oficial de los socialistas negando las conversaciones.