Qué línea política asumirá Podemos continúa siendo una incógnita, pero este lunes se dio el pistoletazo de salida a una competición en la que el partido puede mutar hacia la radicalidad o mantener elespíritu transversal con el que nació. Por sorpresa, Pablo Iglesias compareció para ponerle fecha a la asamblea estatal en la que debe renovarse proyecto y dirección. Su propuesta, como secretario general, es que el cónclave, Vistalegre II, se celebre el mismo fin de semana que el congreso del PP, del 10 al 12 de febrero, para que los ciudadanos puedan confrontar proyectos políticos. Su planteamiento estará sobre la mesa en la reunión que la dirección morada mantendrá el próximo 17 de diciembre, cuando se decidirá el formato de la asamblea y la fecha definitiva.

Iglesias salió ante la prensa para explicar que se siente respaldado, que ha constatado entre las diferentes familias de Podemos que nadie va a disputarle el cargo, y que tratará de actuar de una forma que integre a las distintas sensibilidades. Dicho esto, retó a su secretario político, Íñigo Errejón, a presentarse en una lista distinta y competir si lo cree conveniente. Lo encuadró, por primera vez, en las “corrientes críticas”, la misma etiqueta que colgó a los anticapitalistas, el ala radical del partido frente a los que él y su número dos lucharon en la primera asamblea ciudadana, en 2014. "Creo que es bueno que después de debatir por abajo haya acuerdo, pero si no llegamos a ese acuerdo no hay problema", advirtió. Y es la segunda vez que lanza el órdago en público.

'ÍÑIGO YA NO ES SOLO ÍÑIGO'

El jefe podemista aseveró que existen diferencias con Errejón, se comprometió a buscar el consenso pero, advirtió, que no tendrá “ningún problema” en ir en listas distintas si no hay acuerdo y lanzó dardos contra los dirigentes que le arropan. “Quiero cuidar esa relación tan privilegiada”, dijo en referencia a su amistad con Errejón “a pesar de que Íñigo ya no sea solo Íñigo sino que sea el referente de una corriente que tiene contradicciones internas, quiero cuidar la relación con él”.

Iglesias admitió que no sabe si será posible tejer un acuerdo con Errejón, y aunque dijo que le gustaría, su propuesta evidencia dificultades de consenso. Por ejemplo. Iglesias quiere que en Vistalegre II se voten al mismo tiempo los documentos (políticos y organizativos) y las candidaturas. Errejón es partidario de que primero se debatan a fondo los distintos planteamientos políticos para que el análisis del proyecto sea central y se hable más de política que de líderes. Apenas unos minutos después de escuchar a Iglesias, el estratega manifestó su disenso a través de Twitter. “Primero las ideas políticas y organizativas y luego las caras”, escribió.

El número dos siempre ha descartado disputarle la secretaría general a Iglesias y, si compitiese, sería con documentos distintos y con una lista propia al Consejo Ciudadano Estatal (órgano de dirección), pero sin presentar a nadie al cargo de secretario general. Su principal dilema es cómo poner el foco en la cuestión política si Iglesias quiere una votación conjunta con los nombres, puesto que intuye que buena parte de las bases pueden votar al líder y directamente al proyecto que presente sin ahondar en el debate. Los dirigentes errejonistas temen que la fórmula que el número uno propone acabe representando un plebiscito sobre su liderazgo, extremo que quieren evitar a toda costa.

El sistema de votación en Vistalegre II, que es clave en la definición de equilibrios, se decidirá en un referéndum interno. Iglesias dio por amortizado el aplicado en la primera asamblea ciudadana, que premiaba masivamente al ganador, y apuesta ahora por un sistema más proporcional. Errejón y los anticapitalistas vienen reclamando una fórmula en esa dirección desde hace tiempo. Desde el sector errejonista y desde las filas de la izquierda radical se interpreta este gesto como un guiño del secretario general a los anticapitalistas, a quienes se unió en las elecciones de la comunidad de Madrid para sumar fuerzas contra la candidata afín al secretario político. Ahora bien, los radicales dejan muy claro que eso no será suficiente para tenerles también de cara en la asamblea estatal.