Pablo Iglesias se siente respaldado y avisa a su secretario político de que no tiene ningún interés en coser un pacto de dirigentes para presentarse juntos en el mismo proyecto a la Asamblea Ciudadana de principio de 2017, Vistalegre II.

El congreso de Podemos debe elegir línea política y nueva dirección, pero a estas alturas, nadie sabe si Iglesias y Errejón serán capaces de limar sus divergencias para concurrir en una misma candidatura, como hicieron en 2014, cuando se enfrentaron a los anticapitalistas y les vencieron. Podemos es ahora un partido distinto. Iglesias y Errejón tienen una conversación pendiente, sobre cómo afrontar un congreso para el que todavía no hay fecha pero que todos dan por hecho que será en febrero.

En esta espera de fuerte ambiente precongresual, Iglesias ha enviado a su número dos un mensaje con aviso incluido. Dice el secretario general que se siente “enormemente apoyado” para seguir liderando el partido y que, a veces, “puede ser mejor noticia que haya diferentes propuestas”. Además, descarta “un pacto por arriba” y recuerda que son los inscritos los que deben votar proyecto político y dirección. Parte de esos inscritos son los que participaron en las primarias que el pasado viernes terminaron en Madrid con la victoria del candidato oficialista sobre la errejonista por 2.000 votos de diferencia. El margen es estrecho porque Iglesias consigue el 50% de los votos gracias al pacto con los anticapitalistas, mientras que Errejón logra el 43% sin apoyos. El resultado evidencia que las bases están muy divididas, que Vistalegre II es un misterio y que, en todo caso, Iglesias parte de una posición ganadora.

SÍNTESIS O LISTAS ENFRENTADAS

Las declaraciones del líder son sensiblemente distintas de las expresadas por el secretario de Organización, Pablo Echenique,que pide una “síntesis” entre las diferentes alas del partido para presentarse a Vistalegre II. Iglesias, en cambio, considera que “las decisiones no tienen que partir de dos personas” y que cuanto mayor “coralidad” haya en los proyectos que se presenten, más enriquecedor será el debate.

Tras las palabras en público, los dirigentes podemistas especulan ya sobre la conversación entre Errejón e Iglesias, que todavía no se ha producido. Los pablistas entienden que Errejón es un compañero“fiel” y que, por lo tanto, asumirá la victoria de Iglesias en las primarias en Madrid y se someterá a la línea política más radical. Intuyen que el líder le hará algún guiño para contar con él pero creen que no será especialmente generoso con el equipo afín a su número dos. Si se confirma esta propuesta de subordinación, la duda es qué hará Errejón.

Los suyos le han pedido que se diferencie más claramente de Iglesias y que sea más explícito en sus intervenciones para marcar esa divergencia. Pero de ahí a asumir el reto lanzado este miércoles por Iglesias y aventurarse con un proyecto alternativo hay un abismo que el secretario político todavía no ha decidido cruzar.