Hubo un tiempo en el que Pablo Iglesias justificaba los errores de Albert Rivera, como cuando en un acto en una universidad en noviembre del 2015 el líder de Ciudadanos recomendó a leer a Kant y segundos después admitió que él nunca había leído a Kant. Iglesias, que participó en aquella conferencia ante los estudiantes, justificó el error de Rivera. "Todo el mundo se equivoca", comentó a los periodistas. Hubo un tiempo en el que Rivera e Iglesias quedaban a tomar café ante las cámaras con Jordi Évole,mostrando una buena relación que ahora se ha tornado en desprecio.

Se ha visto en la moción de censura, en la que ambos han protagonizado el cara a cara más duro del debate. Rivera abrió la segunda jornada con un discurso de 30 minutos muy agrio contra el político de Vallecas, contra el candidato a la presidencia del Gobierno. Como Mariano Rajoy la víspera, Rivera negó que Iglesias tenga alguna característica para poder ser jefe del Ejecutivo central. Ni le gusta trabajar, dijo, ni genera consenso (es el peor valorado en las encuestas, destacó) y es más de "demoler" que de construir. Y, además, es el responsable, recordó, de que el líder del PP siga en la Moncloa, por no apoyar a Pedro Sánchez (PSOE) en marzo del 2016.

"Hay que trabajar, no solo hay que protestar (...) Ya ha visto cómo están con las pegatinas, Rajoy está temblando, no duerme. A lo mejor lo que le gusta menos es suprimir los aforamientos, cambiar la ley electoral, limitar los mandatos a ocho años, a lo mejor es que las reformas contra la corrupción es lo que no le gusta tanto al señor Rajoy y no los marcianitos y los autobuses y las pegatinas", dijo Rivera en la tribuna de oradores en referencia al 'tramabús'.

El líder de Ciudadanos señaló que, de las 11 medidas que Iglesias presentó el martes cuando expuso su programa de Gobierno, siete ya están siendo tramitadas en el Congreso. "Póngase a trabajar. Podemos sacar reformas conjuntamente en vez de poner mociones de censura", le recomendó.

"USTED HACE EL RIDÍCULO"

Iglesias le respondió desde el desdén y subió a la tribuna del Congreso su ironía más afilada. Nada que ver con esa química de hace solo año y medio. "Es usted un buen comunicador y un buen vendedor, pero hace el ridículo cuando presume de lo que carece y cita a autores que no ha leído", le espetó. Le trató de encasillar como un mero responsable de mercadotecnia carente de la altura intelectual y de bagaje cultural para la esfera política, se burló de su "pedantería" y le llamó "facha" por haber estado afiliado al PP.

"Ustedes no sirven para nada en política salvo para sostener al PP", le descalificó. "Solo le pediría, con toda la humildad,que estudie", insistió Iglesias, que no solo le descalificó a él como líder, sino también a todo su partido. "Ustedes son una enorme decepción, solo un producto de 'marketing'".

Tras esta dura intervención, Rivera le afeó la escasa voluntad de llegar a acuerdos y puso de manifiesto las dificultades que tendrá Podemos para llegar al entendimiento que pretende con otras fuerzas. "Con descalificaciones y falta de humildad es muy difícil llegar a acuerdos con usted", le avisó, pero aun así le tendió la mano para acuerdos puntuales.