El plan inicial del Ministerio del Interior para el día después de la sentencia del procés recoge el despliegue «máximo» de unos 1.800 policías nacionales y guardias civiles en Cataluña, según ha podido saber este diario de fuentes conocedoras del dispositivo. Esa cifra representa «la tercera parte de los agentes que fueron desplegados en la operación Copérnico», la que culminó con el 1 de octubre de 2017 y la participación de unos 6.000 policías y guardias civiles.

El despliegue incluye 25 grupos de las UIP (los antidisturbios de la Policía Nacional), a los que se añaden cuatro grupos de UPR (Unidades de Prevención y Reacción, los hermanos pequeños de los antidisturbios). Estos últimos irán a Cataluña procedentes de Castellón, Sevilla, Valencia y Madrid. En total, el número máximo previsto de policías antidisturbios ronda los 1.200 agentes.

En cuanto a la Guardia Civil, la movilización será de «un máximo de diez grupos UBAS», según las fuentes consultadas. Cada grupo está formado por un máximo de 60 agentes, de forma que el número de guardia civiles en Cataluña no superará, en principio, los 600. Las UBAS pertenecen a los antidisturbios (GRS) de la Guardia Civil y son los especialistas en el «control de masas». También habrá agentes de las USECIC (Unidades de Respuesta Rápida).

Todos los policías y guardias civiles movilizados estarán en Cataluña el domingo 13, en previsión de que la sentencia pueda conocerse a partir del lunes 14. Ayer llegó ya el primer grupo de antidisturbios a La Junquera. Y hoy llegará otro más.

No habrá esta vez policías y guardias civiles durmiendo en barcos. Los primeros agentes desplazados se están alojando en hoteles de Salou y Castelldefels. El resto se repartirán entre hoteles de la provincia de Barcelona, Tarragona y al norte y sur de Gerona.

La reducción de fuerzas respecto a la operación Copérnico se debe a la «confianza» en la labor de los Mossos d’Esquadra.