L a batalla a tres bandas que se ha desatado esta semana tras la decisión del Gobierno de impedir la presencia, ayer, del Rey en Barcelona se recrudeció antes, durante y después del acto de entrega de despachos a los nuevos jueces, que por primera vez tuvo lugar sin el jefe del Estado. La cúpula judicial explicitó su malestar con el veto de la Moncloa al Monarca y Felipe VI, en un gesto tan inusual como el propio veto, dejó a las claras que su voluntad era haber estado junto a la Judicatura en Barcelona. Dos ministros de Unidas Podemos, entre ellos el vicepresidente Pablo Iglesias, afearon al Rey esta conducta y le acusaron de haber incumplido el deber de neutralidad política e, incluso, de «maniobrar» contra el Ejecutivo.

Sobriedad, rigor institucional, austeridad por las medidas de seguridad por el covid y polémica presidieron el acto en la Escuela Judicial, en la que la cúpula del Poder Judicial salió en férrea defensa del Monarca. En su discurso, el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, expresó el «enorme pesar» de la Judicatura por la ausencia del jefe del Estado, a la vez que recordó que «la justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey».

No obstante, el gesto del Monarca enervó a la parte podemista del Gobierno. El más duro fue el ministro de Consumo, Alberto Garzón, que en Twitter escribió: «La posición de una Monarquía que maniobra contra el Gobierno democráticamente elegido, incumpliendo de ese modo la Constitución que impone su neutralidad, mientras es aplaudida por la extrema derecha, es sencillamente insostenible». Sin ir tan lejos, Iglesias ahondó en la supuesta falta de neutralidad de Felipe VI: «Respeto institucional significa neutralidad política de la jefatura del Estado, renovación de los órganos judiciales en tiempo y forma, actuaciones de la fuerza pública proporcionales». Y recordó que el artículo 1.2 de la Constitución establece que «la soberanía reside en el pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado». El PP y Ciudadanos respondieron de inmediato exigiendo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que desautorice a sus dos ministros y defienda al Rey.

Otra ausencia destacada fue la del presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, que a última hora adujo motivos de agenda.

Lesmes, con semblante serio, ahondó en que el «lamento» por la ausencia del Rey no solo obedece al hecho de que se rompía con una tradición de más de 20 años, sino también, y sobre todo, porque la presencia del jefe del Estado responde «al especial vínculo constitucional de la Corona con el Poder Judicial, vinculación que forma parte de nuestra tradición histórica» y que «sirve además para resaltar la dignidad de nuestra función». H