El magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha decidido dejar en prisión al 'exconseller' de Interior Joaquim Forn, quien fue encarcelado el pasado 2 de noviembre por orden de la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela. El magistrado entiende que persiste el riesgo de reiteración delictiva aunque haya renunciado al escaño. Una vez que la causa por rebeldía, sedición y malversación estuvo en su integridad en el alto tribunal, los demás miembros del Govern de Carles Puigdemont quedaron en libertad tras el pago de fianzas de 100.000 euros. Veinte días antes también había impuesto fianzas a Carme Forcadell y el resto de la Mesa del Parlament que propiciaron la votación de la declaración unilateral de independencia.

Llarena solo mantuvo en prisión al propio Forn, al exvicepresidente Oriol Junqueras, al expresidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y diputado de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez, y al líder de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart. Junqueras se desmarcó de la estrategia de defensa del resto y optó por recurrir ante la Sala de Apelaciones su permanencia en prisión. No tuvo éxito, porque el alto tribunal ratificó la decisión del magistrado el 5 de enero.

Forn, Sànchez y Cuixart solicitaron volver a declarar ante el juez. Lo hicieron el día 11 y los tres coincidieron en mostrar contundente y tajantemente su renuncia a las vías unilaterales. Al día siguiente los dos primeros volvieron a solicitar su libertad. Desde entonces hasta aquí la situación de Forn ha cambiado de forma sobresaliente al haber renunciado a su escaño como diputado, con la intención de neutralizar el riesgo de reiteración delictiva que el magistrado siempre ha esgrimido para mantenerles en prisión e, incluso, para negarles permiso para asistir a los plenos del Parlament.