Nada que ver con el Jordi Pujol Ferrusola altivo y socarrón que se vio en el Parlament hace ahora justo un año, cuando se permitió el lujo de detallar a los diputados hasta su flota de coches. El primogénito del 'expresident' compareció el 11 de febrero ante el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata y en esta ocasión sudó tinta para zafarse de algunas cuestiones. Tanto por la supuesta deixa del abuelo Florenci para defender la existencia de una copiosa cuenta en la Banca Reig de Andorra como por el movimiento de capitales en otros países que acabó salpicando a su madre, Marta Ferrusola, quien se negó a declarar.

En su interrogatorio por un presunto blanqueo de capitales, Pujol júnior empezó relatando el mantra familiar del legado. Nada nuevo bajo el sol. La línea argumental de todo el clan: la idea de disponer de aquel dinero fue del abuelo ante “la deriva política y económica” delfundador de CDC. Al morir el yayo, sus padres le comunicaron a él y a su hermana Marta (los dos únicos hijos mayores de edad entonces) la existencia de la deixa, una hucha que gestionó Delfí Mateu hasta que el primogénito tomó las riendas en 1990. Estuvo dos años “estudiando” la situación y a partir de 1992 empezó a repartir el dinero con sus hermanos y su madre hasta el 2000, con un último reparto en el 2004. Todo aparentemente muy claro. El problema llegó cuando el juez empezó a entrar en el detalle y le hizo incurrir en contradicciones. Una de ellas, clave: al contrario que en su anterior declaración en sede judicial, esta vez sí admitió haber tenido cuentas en Andorra.

EL GESTOR ANDORRANO

Al inicio de su declaración, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, Pujol Ferrusola explicó que guardaba una "buena relación de confianza" con Josep Maria Pallerola, el gestor de la Banca Reigque administró durante una década la cuenta del supuesto legado. En las respuestas al juez, en cambio, no pareció que hubiera muy buena coordinación entre gestor y cliente. En uno de los primeros renuncios en que le pilló, el magistrado le indicó que Pallerola había declarado que Jordi júnior "tenía instrucciones de sus hermanos para hacer movimientos en sus cuentas (individuales)", extremo que el investigado negó. "Yo no estaba ni autorizado".

Posteriormente, De la Mata le expuso los nombres y apellidos de ocho personas y le preguntó si las conocía. "No las conozco", contestó. "Pues cada una de estas personas realizó ingresos en su cuenta corriente (la del legado) de 10 millones de pesetas, 7, 5...", contratacó el juez. Entonces, Pujol Ferrusola atribuyó ese y otros movimientos a los tejemanejes de los bancos andorranos para cuadrar sus operaciones e incluso afirmó que Pallerola llegó a utilizar su firma a su antojo. Entre medias, y pese a negarlo de inicio, tuvo que admitir que sí, que tal y como lo reconoció en otra declaración judicial, había pedido que se destruyeran documentos suyos del sistema informático del banco. Lo hizo, arguyó, porque la ley indica que se eliminen los documentos cuando pasen 20 años de la última gestión. Minutos más tarde tuvo que desdecirse de nuevo y admitir que utilizaba su cuenta de la 'deixa' para otras operaciones al margen del dinero del hipotético legado.

No fue la única autoenmienda. Al final del interrogatorio, De la Mata le preguntó al autocalificado como "dinamizador económico" si su madre era beneficiaria de una cuenta de Kopeland Foundation, una "estructura jurídica" creada en Panamápara elidir el pago de impuestos de Andorra por la cuenta de la 'deixa'. "Yo diría que no", respondió él, pero el magistrado le acabó replicando que, de acuerdo con la documentación de que dispone, Marta Ferrusola sí que tenía cuenta. "Es que no me acordaba -rectificó el primogénito-. A mí madre la ponemos conmigo... Este tsunami que llevamos hace tres años la ha dejado tocada. Ella era muy reacia y yo la acompañé para que supiera lo que tenía que hacer".