El líder de ERC, Oriol Junqueras, indicó ayer el camino a los suyos. Y lo hizo situándose en las antípodas de Carles Puigdemont y redoblando la presión sobre Quim Torra para que, como mínimo, no pase tan rápido por encima de la opción e convocar elecciones cuando se conozca la sentencia. Y es que esto, la respuesta a la sentencia, es el motor de arranque de cualquier estrategia independentista. Con sus vaivenes. Fue el propio Torra, el que apuntó, en un primer momento, a unas posibles elecciones como respuesta a la sentencia. Una iniciativa que, sottovoce, no desagradaba a los republicanos, por cuanto las encuestas les son favorables, pero que causó pánico en la posconvergencia. Exactamente por lo contrario, porque la demoscopia les dibuja un árido panorama.

Con los meses, y gracias a las dotes de persuasión, Junts per Catalunya ha hecho virar a Torra hasta su más reciente posición, que es, nada menos, que agotar la legislatura. En sentido contrario, ERC, públicamente, siempre había dicho que no apostaba por un adelanto electoral, siquiera para no ser acusados de dinamitar el Gover por motivos electoralistas. Esto hasta la semana pasada, cuando el exdiputado Joan Tardà, siempre en la línea de Oriol Junqueras, como ayer se demostró, apostó por los comicios en otoño y la creación de un Govern de concentración, con ERC, JxCat, los comuns y la CUP.

Sutileza ‘junquerista’ / Y Junqueras, en entrevista escrita con Catalunya Ràdio,desde el C.P. Lledoners, aseveró que «convocar elecciones es una opción que no hay que descartar nunca». No pide elecciones, cierto, pero en el idioma junquerista, siempre de corte vaticanista, es decir, sutil, el mensaje es claro. Incluso el día, porque el propio Torra, que es quien tiene la potestad de convocar elecciones, visitó a los presos preventivos ayer. Las palabras de Junqueras, y la presión a la que someten, no son baladís. ERC es el socio de un Govern minoritario que para más inri, es e actor principal en la negociación presupuestaria que se acerca, con los comuns e, incluso, con el PSC. Si el no aprobar unas cuentas es aceptado como motivo inmediato de adelanto electoral, el camino a las urnas parece expedito.

Más contundente se mostró el líder de ERC acerca de la estrategia a seguir, ahondando aun más esa brecha que le separa de Carles Puigdemont. Tras el breve libro del expresident, presentado hace escasas fechas y en el que llama a la confrontación con el Estado, en plena coincidencia con los sectores más híperventilados del independentismo, Junqueras abogó por todo lo contrario. Opinó que la solución solo llegará a través del «diálogo» y la «democracia». «Solo con el diálogo se llega a consensos con todos los ciudadanos porque tenemos la obligación de dirigirnos a todos, a los independentistas y a los que aún dudan», afirmó.