La brecha abierta entre los dos grandes partidos independentistas catalanes quedó retratada este jueves en Madrid, con una jornada de negociaciones que evidenció el pulso incómodo entre ERC y JxCat. La esfera política estatal constató que, mientras los republicanos intentaban exhibir empatía con un Gobierno con el que dicen sentirse decepcionados y se abrían a una eventual abstención a la investidura de Pedro Sánchez, la neoconvergencia se cerraba en banda a cualquier apoyo.

JxCat certificó este jueves al PSOE lo que los socialistas ya auguraban: que su puerta está cerrada y que votarán en contra de la candidatura Sánchez, aunque ese rechazo signifique, también, alinearse con PP y Ciudadanos. El portazo confirma que los neoconvergentes mantienen la línea dura en el nuevo ciclo político que se abre y que estará marcado por la sentencia del juicio del procés.

Las diputadas de JxCat Laura Borràs y Míriam Nogueras trasladaron su rechazo a la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, con quien se reunieron en el Congreso en el marco de la ronda negociadora de la gobernabilidad. En el encuentro, la dirigente socialista les pidió que no bloqueen la investidura porque no hay otra alternativa a un Gobierno de Sánchez. Las diputadas catalanas explicaron en rueda de prensa que no se dan las circunstancias para apoyar al PSOE y que no tienen intención de dar "más cheques en blanco tras haber respaldado la moción de censura sin contraprestaciones.

JxCat lamenta la suspensión de sus tres diputados presos (Jordi Sànchez, Jordi Rull y Josep Turull), considera que implica una vulneración de derechos y recuerda que esta decisión implica que su grupo parlamentario no podrá votar en bloque, puesto que de los siete representantes elegidos en las urnas solo continúan cuatro. "Estamos diciendo que queremos votar en grupo y hay tres votos que, si no se modifica la situación, no van a poder ser votos negativos sino abstenciones", lamentó, tras confirmar que los diputados suspendidos ya han dejado claro que no quieren renunciar a sus actas, lo que implica que la lista no corre y no son sustituidos.

Borràs insistió en que el Ejecutivo "no puede hacer oídos sordos" a la crisis política en Catalunya y defendió que su apuesta sigue siendo el diálogo. "Hasta ahora mismo lo que hemos obtenido es una negativa permanente", lamentó.

Tras reunirse con JxCat y con ERC, Lastra constató que son partidos distintos con visiones diferentes a la hora de abordar las negociaicones de gobernabilidad.

A pesar del rechazo inequívoco de los neoconvergentes, las representantes de JxCat y el PSOE se emplazaron a seguir hablando, aunque no fijaron una fecha concreta en el calendario.