Manuel Marín, que ha fallecido este lunes a los 68 años, desempeñó un papel clave en las negociaciones de adhesión de España a la Unión Europea (UE) y fue el representante español en la Comisión Europea más longevo (de 1986 a 1999), desempeñando el cargo de vicepresidente del Ejecutivo comunitario.

Meticuloso y exigente, tras su nombramiento como secretario de Estado para las Relaciones con la Comunidad Europea en diciembre de 1982, tras la victoria electoral del PSOE, Marín dirigió la recta final de las negociaciones de adhesión a la entonces denominada Comunidad Europea, que culminaron con la firma del Tratado de Adhesión el 12 de junio de 1985.

Ferviente europeísta, Marín se convirtió en 1986 en vicepresidente de la Comisión Europea, responsable de los Asuntos Sociales y de Empleo. Ya hace 31 años, Marín insistía en la necesidad de una política social a nivel europeo para preservar la cohesión social y fortalecer un crecimiento económico inclusivo en la entonces Europa de Doce países.

Marín mantuvo su cargo de vicepresidente de la Comisión Europea a lo largo de las presidencias de Jacques Delors y de su sucesor Jacques Santer, desempeñando también las carteras de Pesca, Cooperación y Desarrollo y Relaciones con los países Mediterráneos.

Reflexiones premonitorias

Fue uno de los mayores defensores de la política euromediterránea de la UE, aunque sus avances se vieran limitados por los vaivenes del proceso de paz árabe-israelí. Ya en 1995, advirtió de que "la cuenca mediterránea constituye un área de estratégica importancia para la UE. Las condiciones políticas, económicas y sociales de los países mediterráneos son una fuente de inestabilidad, que conducen a la inmigración masiva, al desarrollo de fundamentalismo islámico, el terrorismo y el crimen organizado y que pueden tener consecuencias dañinas para la propia región y para la UE". Para Europa, insistió Marín, es un "interés crucial cooperar con los países mediterráneos para reducir esas fuentes de inestabilidad". Ahora, 22 años después, esas reflexiones aparecen como premonitorias.

Tras la dimisión del Ejecutivo comunitario de Santer en marzo de 1999, Marín asumió la presidencia en funciones de la Comisión Europea hasta la toma de posesión del nuevo Ejecutivo presidido por Romano Prodi.

De vuelta a la política española, Marín fue diputado por Ciudad Real (2000-2004) y desempeñó la presidencia del Congreso de los Diputados del 2004 al 2008, retirándose posteriormente de la política activa para centrarse en la lucha contra el cambio climático.