Cercanos al inicio de la campaña, los socialistas salen con clara ventaja para obtener la victoria en las elecciones generales del día 28. Desde la convocatoria, han mejorado sus expectativas que se sitúan, hoy, alrededor del 30% de los votos y de los 130 escaños. El PSOE es el que cuenta con una mayor fidelidad entre sus votantes y logra atraer votos de prácticamente todas las formaciones, especialmente de Unidas Podemos y de la abstención. Pedro Sánchez es el político mejor valorado y el preferido, con diferencia, como próximo presidente. Además, los votantes socialistas son los más satisfechos con su líder, un dato muy relevante teniendo en cuenta que la valoración de Sánchez solía ser más modesta entre los suyos de lo que lo era la de Rivera o Casado entre los votantes de Ciudadanos o PP, respectivamente.

Las otras formaciones, PP, Cs y UP, tienen en común una mayor inestabilidad en su electorado: una fidelidad que ronda el 40%, trasvases importantes hacia otros partidos y un grado de indefinición elevado. Los populares ceden voto sobre todo a Vox y Cs y un 30% de su electorado de momento no se define. El PP, que podría perder una cincuentena de escaños, mejora ligeramente sus expectativas respecto a febrero porque ha reducido notablemente la transferencia de voto hacia Vox. En la confrontación con Ciudadanos, los populares tienen a favor la fuerza de la experiencia y Cs, la de su líder. De hecho, Rivera gusta casi tanto como Casado entre los votantes del PP.

Ciudadanos mejora sus resultados del 2016 pero, si no lo cambia la campaña electoral, su crecimiento será modesto. La fidelidad de su electorado no llega al 40% y pierde votos a partes iguales hacia el PP y el PSOE, aunque la principal fuga de votos es hacia Vox. Posiblemente este es el principal escollo de esta formación, que ha perdido la centralidad que tenía hace un año, cuando las encuestas le otorgaban la posibilidad, incluso, de la victoria. Casi el 50% de sus votantes dice que todavía tiene dudas sobre a quién acabará votando y es relevante comprobar que la duda más habitual es entre votar Cs o el PSOE.

Unidas Podemos comienza la campaña electoral con una fidelidad baja y una transferencia de voto muy importante hacia el PSOE, prácticamente en exclusiva. Después de Ciudadanos, es el partido con un porcentaje más alto de votantes que tiene dudas, sobre todo entre UP y el PSOE. Pablo Iglesias se ha debilitado entre sus votantes y es el candidato que obtiene la valoración más baja dentro de su propio electorado, que se divide entre Sánchez e Iglesias cuando se le pide a quien preferiría como presidente. Vox ha perdido parte del empuje inicial, aunque entraría con fuerza en el Congreso, pero de forma más moderada de lo previsto hace dos meses. Con todo, hay una parte de los indecisos del PP y de Cs que podrían tomar esta opción.

En definitiva, el punto de partida de la campaña muestra unas tendencias claras para cada una de las formaciones. Las sorpresas que se esperan, en todo caso, afectarán a su magnitud. Otra cosa es la gobernabilidad, que no se prevé fácil, y que, en buena medida, dependerá de la ventaja final que obtenga el PSOE sobre sus rivales.