Un cúmulo de casualidades han convertido la visita del Rey a Barcelona de hoy en uno de los principales acontecimientos de la campaña del 10-N. Con Cataluña convertida en el centro del debate electoral, y con parte del independentismo en ebullición tras la sentencia del procés, la cita está marcada en rojo en todos los calendarios.

En una reunión del patronato de la Fundación Princesa de Girona celebrada en diciembre del 2018 se decidió que este año otorgaran sus premios en noviembre, en vez de en junio como es habitual. Se cumple el décimo aniversario de la fundación, y querían organizar un acto especial.

ESTRENO DE LEONOR / Nadie se imaginaba entonces que la fecha coincidiría con una campaña electoral de alto voltaje. Además, este año es el primero en el que la Princesa Leonor, que ya tiene 14 años, toma la palabra en este tipo de actos. Ya debutó en Oviedo, hace dos semanas, y sería una enorme sorpresa -aunque no hay confirmación oficial- que en Barcelona no hablara, y que no lo hiciera en catalán.

Así que el acto de hoy en Barcelona constituye una ocasión perfecta para que quienes llevan calentando la calle en Cataluña desde que se publicó la sentencia del procés obtengan una gran repercusión. Al menos eso han pensado colectivos como los CDR, Arran, la CUP o Pícnic per la República: todos ellos han convocado a protestar frente al Palau de Congresos contra la visita real, con lemas como Cataluña no tiene rey o Ni rey ni miedo.

Incluso podría unírseles JxCat, que, junto a ERC, pidió el pasado jueves a la Junta Electoral que aplazara el acto de Felipe VI porque considera que será «electoralista» y beneficiará solo a las formaciones políticas «constitucionalistas». Cuando le preguntaron qué pasaría si su recurso no prosperaba, la candidata de JxCat, Laura Borràs, respondió que su formación va a estar «al lado de la gente», sin más concreciones. «Veremos cómo organizamos esta voluntad de que no haya un intermediario de parte en la escena de las elecciones», añadió la posconvergente.

DOS FECHAS COMPLICADAS / Los Mossos, a través de los datos que maneja la Comisaría de Información, consideran que la visita del Rey a Barcelona es unas de las dos fechas clave en el calendario de movilizaciones más inmediato. La otra jornada complicada es la de las elecciones generales del próximo fin de semana.

La organización del evento en Barcelona agrada más a los responsables policiales que su ubicación en Gerona, ciudad que originalmente acogía la gala de unos galardones que llevan el nombre de Leonor. La complejidad de blindar el Palacio de Congresos, en la entrada de la avenida Diagonal, es menor que el de proteger un emplazamiento en una ciudad como Gerona, más pequeña y en la que la sensación de asedio policial se haría mucho más presente.

El Ministerio del Interior ha enviado para estas dos fechas, la visita del Rey y las elecciones, 250 agentes antidisturbios más. Los nuevos efectivos, que refuerzan las medidas del nivel 4 antiterrorista, se integrarán en un dispositivo que se sigue coordinando desde un centro (CECOR) de la Consejería de Interior. En la sala conjunta, en la planta baja del departamento del paseo de Sant Joan, se reciben imágenes en tiempo real y los mandos de los Mossos, en colaboración con los de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía, lideran la contención de los disturbios.

La ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, confió ayer en que la visita del rey transcurra con «total y absoluta normalidad». No opinió sobre el rechazo de la Junta Electoral Provincial de Barcelona al recurso de Jxcat y ERC, pero insistió en que «la visita de los reyes es institucional».