Encadenar varias bajas continuadas, incluso de forma justificada, es motivo de despido objetivo. Es uno de los legados de la mayoría absoluta del PP en 2012 que sigue vigente. La reforma laboral de Mariano Rajoy incluyó esta posibilidad en el artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores y, aunque el Congreso ha debatido desde entonces varias iniciativas para derogarla, que las Cortes se hayan disuelto cuatro veces en cinco años no ha ayudado a convertir esas mayorías en una realidad.

En las negociaciones de PSOE y Unidas Podemos para formar gobierno está sobre la mesa la derogación de los aspectos más lesivos de la reforma laboral. En ellos se incluye este polémico que artículo que, pese a contar con el reciente aval del Tribunal Constitucional, ha tenido siempre enfrente a los sindicatos.

El PSOE ha repetido numerosas veces que para derogar cualquier punto de los incluidos en la reforma laboral preferiría un consenso más amplio y no solo los 176 ‘síes’ de la mayoría absoluta. Sin embargo, los números son ahora más complicados que antes de los últimos comicios. Aunque los tres partidos, a favor de eliminar este artículo del Estatuto de los Trabajadores, ya no alcanzan la mayoría absoluta (suman 168 escaños), derogar el despido por bajas justificadas contaría también con el voto a favor de los tres de Más País y Compromís, los cinco de Bildu y los de otros partidos pequeños como el PRC o el BNG.

El mercado de trabajo que dejó el PP lleva años sentenciado, y el pasado febrero es cuando más cerca estuvo de llegar a su fin. El Gobierno había diseñado vía decreto una contrarreforma laboral que atacaba el núcleo duro de la reforma del 2012, pero la ministra de Trabajo anunció que la propuesta volvería al cajón al no haber encontrado mayorías suficientes para convalidar el decreto en la Diputación Permanente.

Desde el PP defienden que la reforma del 2012 «aumentó la garantía de los trabajadores, por ejemplo, excluyendo del cómputo las ausencias provocadas por tratamiento de enfermedad grave como el cáncer». Aunque es cierto que el despido por ausencia reiterada del trabajo ya existía, el PP facilitó el despido eliminando la exigencia de que el índice de absentismo total de la plantilla del centro de trabajo superara el 2,5% en los mismos periodos de tiempo. «Derogar la reforma de 2012 desprotegería al trabajador», insisten las mismas fuentes. A ellos se suman los 52 diputados de Vox, que defiende en su programa que la reforma laboral del PP se quedó corta y propone endurecerla.

En Cs creen necesario un nuevo marco laboral, pero en una línea diferente. Son algo ambiguos. Fuentes del partido dicen estar a favor de que «las empresas tengan los instrumentos necesarios para detectar posibles bajas injustificadas y proceder en consecuencia» pero «siempre respetando los derechos del trabajador».