La combustión de los neumáticos que están ardiendo en Seseña emite a la atmósfera gran cantidad de hollín y compuestos volátiles vinculados a diversos problemas de salud, desde afectaciones pulmonares hasta cáncer. Entre los productos destacan los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), benceno y benzopireno, dioxinas, furanos e importantes cantidades de metales pesados, todos ellos considerados peligrosos por la EPA, la agencia estadounidense de medio ambiente.

Un compuesto particularmente cancerígeno, según la Organización Mundial de la Salud, es el benzopireno, que se forma justamente en la combustión a altas temperaturas de materiales orgánicos (aceite, madera, petróleo…).

“No es de extrañar, por tanto, que la EPA recomiende que, ante un incendio de neumáticos, 'cualquier área expuesta a la columna de humo o sujeta a exposición por vientos cambiantes debería ser evacuada como medida de precaución', destaca en un comunicado Ecologistas en Acción. Los problemas de contaminación del aire que provoca un incendio de estas características “son gravísimos”, añade.

“Seguró que habrá HAP, benzoapirenos y otros volátiles -comentaBegona Artiñano, especialista del Ciemat (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas), en Madrid-. Es difícil precisar los efectos exactos de estos productos porque apenas hay estudios experimentales sobre neumáticos ardiendo y tampoco ahora hay disponible datos del lugar, pero está claro que mejor evitarlos”. La investigadora recuerda que es de sentido común no exponerse cerca y, en el caso de los vecinos, cerrar las ventanas de las viviendas.

LA LLUVIA

En cualquier caso, Artiñano explica que la dirección del viento parece descartar que vaya a impactar en el área metropolitana de Madrid, a lo que se añadirá el efecto beneficioso de la lluvia, “que ayudará a que los materiales se depositen”. La velocidad del viento no es demasiado alta y la columna de humo se eleva por encima de las viviendas.

Ecologistas en Acción también advierte de otro riesgo: “Hay que tener en cuenta que el agua usada en la extinción del incendio arrastra los aceites y sustancias que liberan los neumáticos al quemarse, contaminando los cursos de agua con sustancias muy peligrosas”.