Euskadi siente ya el miedo a un atentado yihadista. Hasta fechas recientes, la percepción social es que estas terribles acciones sucedían a muchos kilómetros de distancia, pero desde diciembre de 2015 son ya seis los arrestados en Guipúzcoa vinculados con el yihadismo. A diferencia de las décadas de amenaza etarra, los ciudadanos saben que son víctimas potenciales de la estrategia del Daesh, que ataca las concentraciones de ciudadanos.

Así ha ocurrido durante la reciente fiesta de San Sebastián, celebrada el 20 de enero. En las horas previas, circuló profusamente en redes sociales y por whatsapp un bulo que aseguraba que se había cancelado la tamborrada infantil por una amenaza de atentado. El propio Ayuntamiento de la ciudad tuvo que desmentir las informaciones para tranquilizar a los donostiarras.

La detención esta semana en San Sebastián de Mehdi Kacem por su relación con el Estado Islámico ha causado un gran impacto en Euskadi por varios motivos. En primer lugar, por la importancia del detenido, al que se acusa de liderar una célula de captación y envío de combatientes extranjeros a Turquía, donde recibían instrucciones del Daesh para atentar en territorio europeo. Pero además, porque se trata de un joven acogido desde hace años en Euskadi, hasta el punto de que había sido monitor de boxeo en una asociación dedicada a la integración de jóvenes en riesgo de exclusión, en especial inmigrantes.

ACOGIDO EN GIPUZKOA

Mehdi Kacem, de 26 años, estudió hasta el Bachillerato en Marruecos y empezó a practicar boxeo en el país norteafricano en 2008. Como él mismo narró en un reportaje publicado en Noticias de Gipuzkoa en 2005, en el que se presentaba como un ejemplo de integración, abandonó ese deporte tras "meterse en las drogas". Según su relato, fue su madre quien le mandó a España con 20 años. Primero pasó un año en Castilla-La Mancha, y tras residir en Catalunya, finalmente se asentó en el País Vasco aconsejado por unos amigos que le aseguraron que en esta comunidad los inmigrantes contaban con mayores ayudas.

El joven marroquí contactó en agosto de 2013 con la asociación donostiarra Kolore Guztiak (Todos los colores) y decidió volver a boxear en el proyecto Salam Boxing Team, donde, además de practicar su deporte favorito, estaba obligado a estudiar y a asistir a reuniones con trabajadores sociales. Sin embargo, se valía de su condición de monitor de boxeo para captar adeptos. De hecho, las investigaciones policiales apuntan a que la relación de Kacem con elradicalismo musulmán era previa a su llegada al País Vasco, ya que en 2010 ya se había detectado su presencia en redes sociales para alentar a los yihadistas.

BARRIO RESIDENCIAL

Su detención el pasado lunes sorprendió al confirmarse que los terroristas islámicos también han optado por esconderse en Euskadi. Pese a que la población de origen musulmán es muyminoritaria, y el nivel de vida vasco es superior al de la media española, sí existen inmigrantes en situación de exclusión, el colectivo que buscan los encargados de las labores de captación. Además, la cercanía con Francia facilita los desplazamientos por Europa.

La detención se produjo en una villa de tres plantas del barrio de Intxaurrondo de San Sebastián, propiedad de una mujer que la alquila por habitaciones. Se encuentra en una zona residencial de nivel medio-alto, y los vecinos aseguran que no conocían a ninguno de sus ocupantes. Xabi, un joven que reside cerca de la vivienda que fue registrada durante horas, no oculta su miedo: "No nos lo esperábamos, nunca había habido el menor problema en el barrio. Y no sabemos qué puede llegar a hacer esta gente".

PERCEPTOR DE AYUDAS SOCIALES

Mehdi Kacem era perceptor de la Renta de Garantía de Ingresos(RGI) desde agosto del año pasado. Tras tres años empadronado en Euskadi, había comenzado a recibir estas ayudas al no haber encontrado empleo: cobraba 625 euros mensuales en concepto de ayudas sociales y otros 250 complementarios para el alquiler de una vivienda. En total, desde que comenzó a recibir estas partidas, las instituciones vascas le han aportado cerca de 4.200 euros.