Con la mirada puesta en Europa, una veintena de miembros de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) ocuparon este viernes la sede de la Comisión Europea en Barcelona, lugar en el que permanecen desde anoche. Unas 4.000 personas, según la Guardia Urbana, les han arropado desde fuera, frente a un cordón de voluntarios de la entidad que sostenían pancartas mientras custodiaban los accesos al edificio.

El diputado de JxCat en el Parlament Francesc de Dalmases pasó la noche junto a los manifestantes convocados por la ANC, frente a la sede de la Comisión Europea en la ciudad, ocupada por un grupo de activistas de la entidad soberanista.

Cerca de las seis de la tarde, los representantes entraron al edificio ubicado en la confluencia entre Paseo de Gracia y la calle Provença con una carta en catalán y en inglés dirigida a Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, y al director de la Representación de la Comisión Europea en Barcelona, Ferran Tarradellas. Con el texto, reclamaron que "inicien los procedimientos para activar el artículo 7 del Tratado de la Unión Europea, para privar al Estado español de sus derechos de voto y de representación".

La ANC había convocado una manifestación a las siete de la tarde en Jardines de Gracia como protesta al traslado a Madrid de los independentistas encarcelados, que fue sustituida por esta acción sorpresa. "Desde dentro de la sede de la Comisión Europea en Barcelona dejamos bien claro que el derecho a la autodeterminación es un derecho, no un crimen", afirmaron en un documento difundido a través de las redes sociales. Este mismo lema fue usado como reivindicación en una pancarta que colgaron en el primer balcón del edificio, además de un crespón negro en el centro de la bandera de la Unión Europea (UE).

"Queremos denunciar todas las vulneraciones de derechos fundamentales que se han producido desde el 1-O", espetó la presidenta de la entidad, Elisenda Paluzie. Y apostilló que "esto no se puede producir en la Europa del siglo XXI". Según Paluzie, la UE "no puede restar impasible" porque "lo que está pasando aquí es tan grave como lo que está pasando en Polonia o Hungría".

Representantes de ERC y la CUP acudieron a la cita para mostrar su apoyo, mientras que JxCat decidió no participar, aunque inicialmente había confirmado su asistencia. Republicanos y anticapitalistas coincidieron en acusar a la UE de "mirar hacia el otro lado" en lo que atañe al 'procés'. "Si Europa quiere ser digna de los derechos fundamentales sobre los que se asienta su nacimiento lo que tiene que hacer es tomar partido y poner el foco en lo que está pasando en Cataluña", aseveró el diputado Ruben Wagensberg.

El 'cupaire' Carles Riera felicitó a la ANC "por la valentía y coraje" de emprender una acción como esta. "Nuestra batalla no solo es contra el Estado español, sino también contra una UE que hoy es una cárcel de pueblos y un espacio político cada vez más antidemocrático", añadió. Y censuró que la sentencia de la vista en el Tribunal Supremo "ya está escrita", por lo que "hay que ganar el juicio políticamente desde las calles".

ADVERTENCIA A TORRA

Los Comités de Defensa de la República (CDR) y Arran, organización vinculada a la CUP, protagonizaron su propia manifestación y recorrieron el centro de Barcelona señalando con huevos y pintura distintas instituciones. Unas 500 personas arrancaron la marcha a pocos metros de la convocatoria de la ANC, trataron de acercarse a la Delegación del Gobierno -pero un fuerte cordón policial de los Mossos d'Esquadra lo impidió-, mancharon la sede de la Fiscalía Superior de Cataluña, pintaron 'Buch dimisión' en la Conselleria de Interior y terminaron la marcha en la plaza de Sant Jaume.

La Fiscalía General del Estado condenó el ataque, y reafirmó su compromiso con sus funciones constitucionales y el apoyo a los compañeros de Cataluña.

Frente a la sede del Govern, desplegaron una pancarta en la que se podía leer "No votamos pactos ni renuncias", con una imagen del encaje de manos entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el del Ejecutivo catalán, Quim Torra. "Sin desobediencia no hay independencia", advirtieron.