El tercer jefe Anticorrupción y el de mandato más breve. Pocos días de los 87 que Manuel Moix ha estado al frente de la fiscalíaespecial han estado exentos de polémica. Especialmente desde que estalló el ‘caso Lezo’, cuyo sumario incluye unas significativas grabaciones en las que Ignacio González se felicitaba de cara a resolver sus problemas judiciales que el PP colocase a Moix en Anticorrupción. Por cierto que el fiscal general, José Manuel Maza, conocía las escuchas y aún así le eligió para el puesto.

Sin embargo, pocos días después de la detención del expresidente madrileño, que Moix puso como ejemplo de su nula connivencia con el PP, trascendió que trató de impedir algunos de los registros o al menos separarlos del 'caso Lezo'. Los fiscales del caso tuvieron que acudir al artículo 27 del Estatuto del ministerio público, que apenas se ha usado una decena de veces, para convocar una Junta de Fiscales, que les dio la razón. Finalmente las diligencias se practicaron. Este episodio ya provocó que la oposición solicitara las comparecencias de Rafael Catalá, Juan Ignacio Zoido y José Manuel Maza en el Congreso.

EL 'CHIVATAZO'

Moix también había presionado a sus subordinaros para que no imputaran organización criminal a González y su hombre de confianza en el Canal, Edmundo Rodríguez Sobrino. En su decreto ya deslizaba que no cambiaba a los fiscales del caso por no existir margen de tiempo. Y, por último, fue él quien decidió qué parte del recurso de la Fiscalía contra la prisión de González se facilitaba a prensa. Entre las páginas difundidas se incluía la referencia a la "comunicación 'chivada' del secretario de Estado del Seguridad", José Antonio Nieto, que dio pie a que se le relacionara con el 'chivatazo' que alertó a González de que estaba siendo investigado. Maza tuvo incluso que pedir disculpas al número dos del Interior.

En otros casos también ha pisado varios callos. Por ejemplo relevó a los fiscales del 'caso 3%', una decisión que está paralizada por el fiscal general. Además tramitó la denuncia por coacciones de un investigado contra ellos y un tercero al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya sin escucharles si quiera. Se ha especulado con que su guerra contra los fiscales del 3% iba dirigida a contentar a los nacionalistas, pero él siempre la ha justificado por motivos “operativos”.

SUS DECLARACIONES

También ha habido informaciones en torno a la posibilidad de apartar a los fiscales de ‘Lezo’ que no han contribuido a precisamente a dar una imagen de sosiego, independencia y unidad en la fiscalía anticorrupción. Además de sus manifestaciones a favor de sancionar las filtraciones de sumario, rechazar que Mariano Rajoy tenga que declarar personalmente en el ‘caso Gürtel’ o contra la Guardia Civil por “ir más allá de sus funciones” a la hora de investigar a Cristina Cifuentes.

Pero sin duda la gota que ha colmado el vaso ha sido su sociedad en Panamá y sus contradictorias explicaciones sobre la misma, que le han puesto contra las cuerdas y le ha llevado a presentar su dimisión.