El Gobierno modifica su discurso y pasa de referirse a ERC como un partido que «no es de fiar» a subrayar la necesidad de diálogo. Tras la primera ronda de negociaciones, en la que los portazos de PP, Cs, Coalición Canaria y Navarra Suma dejan la investidura de Pedro Sánchez en las manos de la fuerza independentista, el Ejecutivo allana el camino para un entendimiento.

La decisión del Tribunal Supremo de impedir que Oriol Junqueras tome posesión como eurodiputado no facilita precisamente las conversaciones. La Moncloa pidió a los republicanos que separen lo «emocional» de la razón para encontrar una solución política al conflicto catalán.

¿Pone más difícil la entente la decisión del Tribunal Supremo? «No debería. El camino de la política y el de la justicia no deberían cruzarse. La política la necesitamos todos, también Esquerra», respondió la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, al término del Consejo de Ministros.