Comienza formalmente la segunda ronda de negociaciones. Otro intento ya con el reloj avisando de que si no hay acuerdo antes del 2 de mayo los españoles tendrán que volver a pasar por las urnas. Los equipos de PSOE y Ciudadanos reanudan las conversaciones conCompromís en el Congreso. Se conoce también que el jefe de los socialistas y el de Podemos, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, respectivamente, intercambiaron este martes una serie de mensajespara tratar de verse en breve y desbloquear la situación. Laorganización 'naranja' le ha remitido una carta (otra) a lospopulares reclamando una cita el viernes a la que también acudan los negociadores de Sánchez. Y todo esto con dos crisis políticas de calado de fondo en las filas populares -en este caso por corrupción- y en las podemistas -por problemas serios de organización y diferencias de criterio en la cúpula-.

Así las cosas, los únicos que parecen no tener demasiada prisa por buscar una investidura, propia o ajena, son una vez más losconservadores. Su líder, Mariano Rajoy, aseguró hace un par de semanas que una vez que el secretario general de los socialistas había fracasado en su primera intentona, él trataría de recuperar la iniciativa y le convocaría a él y si se empeñaban también a Albert Rivera para mantener una reunión. Su intención era empujar en pro de una gran coalición 'a tres' que le ayudara a repetir como presidente del Gobierno. Pero Rajoy no ha cogido aún el teléfono siquiera para probar si tiene éxito o no.

Cierto es que el intercambio epistolar que su partido ha mentenido con PSOE y C's a este respecto y el cruce de declaraciones no invita al optimismo, puesto que socialistas y 'naranjas' insisten en que sólo aceptarán citas de equipos negociadores, no de jefes, que sean de tres. Tampoco coinciden en los objetivos que debe perseguir ese hipotético encuentro: Ciudadanos y PSOE pretenden hablar de su pacto, no de la propuesta del PP y comprobar si hay algún margen o ninguno para la futura abstención de los populares en otro intento, si lo hubiera, de investir a Sánchez.

De hecho, fuentes de la dirección del PP han descartado este miércoles la reunión propuesta por Ciudadanos. Los populares insisten en que el encuentro debe ser primero del presidente en funciones,Mariano Rajoy, con Rivera y Sánchez. Después se estudiaría la cita de los equipos negociadores. Según el PP, no tiene sentido que haya una reunión "de indios", que para el partido sería continuar con un"teatrillo" con el que quieren acabar.

La cercanía del levantamiento del secreto del sumario en Valencia -ocurrió el lunes- sobre un caso que atañe a los populares y concretamiente a Rita Barberá, por supuesto blanqueo en la organización, no era buen escenario para Rajoy para intentar una negociación. Especialmente cuando el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha orientado su estrategia a atacar al líder del PP por su falta de diligencia para atajar la corrupción y utiliza esa circunstancia, entre otras como el rechazo a la oferta del Rey para ser investido, para justificar su alianza con los socialistas.

LA CARTA DE IGLESIAS

Rajoy, por tanto, tiene ante sí una crisis interna de calado, con división de pareceres en la dirección incuída, que puede acabar con la expulsión de Barberá y otros 50 cargos valencianos si tras el expediente informativo que ha abierto el partido así se decide. Con esa presión debe ir moviendo ficha -o no- en el contexto negociador que se vuelve a abrir en torno a la investidura. También al líder de Podemos, Pablo Iglesias, se le ha complicado más de lo previsto esta etapa con el estallido de discrepancias en el seno de su organización que, poco a poco, han ido quedando en evidencia en distintos territorios y tras ser negada por la cúpula ha terminado estallando con un fulminante cese incluido, el de Sergio Pascual, ya exresponsable de organización.

El propio Iglesias, que decidió una destitución que se dio a conocer rozando la medianoche del martes y que se va a hacer cargo en persona del área de Pascual, admite cómo la situación por la que atraviesa Podemos puede afectarles en pleno proceso de negociaciones. Lo hace en una carta remitida a la militancia en la que advierte de que no permitirá "corrientes o facciones" ni "campos de batallas" y que había detectados errores "en el peor momento posible", esto es, en el que debía concentarse en medir fuerza con los socialistas para ver si es posible un gobierno que cuente con los 'morados' o no.

Pues en este ambiente convulso se reanudan los contactos. Oficilamente. De momento, entre PSOE, C's y Compromís. De hecho, el partido valenciano ya anunció la pasada semana que no dudaría en sentarse con los socialistas y los 'naranjas' en busca de avances mientras la mesa de la izquierda, en la que también estaba IU y Podemos, no logra recomponerse. Se empieza a tomar conciencia de que el reloj está marcha y se aceleran unas negociaciones que se antojan en todo caso más que difíciles.