V igo fue la última parte de España que pisó Juan Carlos I tras abandonar el país el pasado lunes, y poner así tierra de por medio con el goteo de informaciones que lo involucran en negocios opacos. Tal como logró averiguar Faro de Vigo, ese día, el Rey emérito partió a las diez en punto de la mañana del aeropuerto de Peinador para poner rumbo a Abu Dhabi (Emiratos Árabes) en un jet privado de alquiler junto a un séquito de cinco personas, entre guardaespaldas y asistentes.

El avión que lo recogió fue un modelo de alta gama, un Bombardier Global 6500 con matrícula 9H-VBIG, que aterrizó en la terminal la tarde previa, mientras el ex jefe del Estado pasaba en Sanxenxo (Pontevedra) sus últimas horas en suelo nacional en compañía de su compañero de regatas Pedro Campos, también presidente del Real Club Náutico. Así pues, Juan Carlos I recorrió 600 kilómetros en coche desde Madrid hasta Galicia, su refugio en los últimos tiempos, y desde el lunes la plataforma elegida para salir de España.

Su llegada se produjo poco antes de las diez de la mañana, mientras en el aeropuerto vigués se encontraban medio centenar de trabajadores, además de viajeros. Los que lo vieron entrar lo recuerdan así: «Llegó en un coche de alta gama. Modelo todoterreno. El vuelo tenía prevista su salida para las 10.00 horas y él apareció poco antes. Aparcó en la plataforma en donde esperaba el avión», recuerda un testigo. Fue un embarque rápido. Al avión se subió con otras cinco personas, incluyendo sus guardaespaldas.

«Además debía haber algún médico o secretario», señala este testigo. Ocho horas después, lo que se suponía que iba a ser un viaje más del Rey emérito desde el aeropuerto de Vigo, cambió radicalmente de cariz.

A las seis de la tarde La Zarzuela publicó la carta enviada por Juan Carlos I a su hijo en el que el comunicaba su decisión de trasladarse fuera de España. Es conocida la amistad de Juan Carlos I con la aristocracia de los países de la región, relaciones sobre las que está ahora puesta la lupa. Ayer, las autoridades emiratíes prefirieron guardar silencio acerca de la presencia de Juan Carlos I en el país. Tampoco el Ministerio de Exteriores quiso hacer comentarios al respecto y se remitió a la oficina de Presidencia y a los portavoces de los Emiratos Árabes, informa Efe.

A partir de la salida se desataron las especulaciones sobre el paradero del monarca español tras el final del franquismo, todavía no confirmado oficialmente por la Casa del Rey. La sorpresa cundió entre quienes lo vieron partir del aeropuerto de Peinador. «Las primeras informaciones decían que viajaba desde Sanxenxo a Oporto para coger allí un avión, y no lo entendíamos, porque lo vimos salir de Vigo», dice un testigo.

La otra gran incógnita que rodea al paradero de Juan Carlos I es el lugar donde se hospeda. ABC lo sitúan el hotel Emirates Palace, un exclusivo complejo situado al borde del Golfo Pérsico. El precio de las suites rondaría entre los 228 euros la noche y los 1.656, en el caso la Pearl Palace Suite, de 140 metros cuadrados, aunque otros medios elevan esta cifra a los 11.000 euros por pernoctación. H