Cuando los equipos negociadores de PSOE, Podemos y Ciudadanos abran el diálogo formal, previsiblemente el jueves, tendrán una larga lista de desavenencias por resolver, pero entre los tres habrá surgido un nuevo pegamento, que puede revelarse valioso para la gobernabilidad, y una nueva luz de esperanza:como elemento de unión, la determinación de atacar a Mariano Rajoy con una ofensiva descarnada para reprocharle el desborde del déficit -que obligará al próximo ejecutivo a recortes de 25.000 millones de euros- y arrebatarle el cliché de buen gestor económico. Como espacio para la ilusión socialista, la decisión de Podemos de consultar a sus bases, que podrían pedir a sus dirigentes que se abstengan, lideren la oposición y eviten nuevas elecciones.

No habrá que esperar a que se sienten a negociar para ver cuál es el grado de sintonía entre Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera, porque en el pleno en el Congreso se evidenciará si emplean guante blanco entre ellos y sable en alto contra los conservadores. El martes, se debatirá una proposición de ley de los socialistas para suspender el calendario de la LOMCE, que servirá de termómetro para testar acercamientos. Y el miércoles, Rajoy comparece para dar cuenta de los acuerdos europeos sobre refugiados, pero el resto de grupos aprovechará su presencia para fustigarle por la corrupción y el incumplimiento del objetivo de déficit dictado por la UE.

Fuentes del PSOE confirman que Susana Díaz pidió enel comité federal del sábado que su partido sea beligerante para defenderse de la responsabilidad que el responsable de Hacienda ha tratado de endosar a las comunidades autónomas, a las que culpabiliza. También desde la dirección de Podemos advierten que atizarán a Rajoy para dejar claro que no es símbolo de solvencia económica y que debe ser expulsado de la Moncloa, ya sea con un pacto o repitiendo elecciones.

Los barones socialistas reprochan al presidente en funciones que haya enmarañado las cuentas para atribuirles la culpa del incremento del déficit. Recuerdan que, cuando se aprobaron los tratamientos contra la hepatitis C, Rajoy se comprometió a asumir en la contabilidad del Estado el importe de los fármacos, y, sin embargo, ha acabado imputándoselos a las administraciones autonómicas a las que ahora acusa de despilfarro. También Rivera cargará contra Rajoy, al que ya ha acusado de hacer “las mismas trampas que Zapatero” para tratar de que le cuadren las cuentas.

AMARRAR LA SINTONÍA

Es más que previsible que la ofensiva contra el PP, que se visualizará el miércoles en el hemiciclo, vaya acompañada de conversaciones informales entre los portavoces parlamentarios de PSOE y Podemos, que admiten tener una buena sintonía y podrían allanar el terreno más allá de lo que el diálogo con cámaras y ruedas de prensa suele permitir.

Fuentes socialistas y podemistas han confirmado que plantean la negociación como una carrera por etapas, en la que se vayan cerrando acuerdos por áreas y se creen subgrupos para ir sumando puntos de encuentro que hagan difícil levantarse de la mesa y conduzcan a algún tipo de entendimiento que permita evitar una repetición de elecciones en junio. El PSOE ya se ha mostrado dispuesto a considerar cesiones y de hecho presentará una apliación del acuerdo que suscribió con Rivera para tratar de arrastrar a Podemos a una abstención. Los morados, por su parte, también buscan el acercamiento con un nuevo documento económico , en el que quieren ceder sin traicionar a unos simpatizantes a los que van a pedir que decidan cuál debe ser su posición.

La posibilidad de una abstención latirá con más fuerza en el fondo de las conversaciones. A nadie se le escapa que las bases de los morados decidirán en función de cómo esté planteada la pregunta, de la fecha en la que se realice, y del discurso que mantengan los líderes de Podemos, pero también, de la actitud que perciban en Sánchez.

Conversaciones exprés en la recta final

La intención de los negociadores era sentarse a dialogar este lunes y no regalar ni un día al calendario, que tiene marcado en rojo el dos de mayo como fecha límite para conseguir un gobierno. No podrá ser, porque los líderes preparan un pleno intenso, pero los partidos aprovecharán estos días para limar sus propuestas y llegar a la reunión con los deberes adelantados. El portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, ya hizo este domingo toda una declaración de intenciones al señalar que no abandonará las negociaciones hasta llegar a un pacto.

“Ninguno de los tres nos vamos a levantar de la mesa, o por lo menos los socialistas no nos vamos a levantar hasta que lleguemos a un acuerdo y el que quiera asumir responsabilidades que se levante de esa mesa a tres”, señaló. Ante quienes sostienen que PSOE, Podemos y C's son formaciones “incompatibles” confirmó que la ofensiva contra el presidente en funciones es algo que les une: "La corrupción del PP, la desigualdad de las políticas de Rajoy y su soberbia”, admitió, obliga a los tres partidos a soslayar diferencias y acelerar las conversaciones para encontrar el modo de ser compatibles y pactar.