La Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre ocho y 12 años de prisión a los 10 acusados de formar una célula terrorista desarticulada en la llamada operación Caronte. La sentencia declara probado que planearon atentar contra lugares emblemáticos de Barcelona y secuestrar y ejecutar a una persona a la que vestirían con el mono naranja que llevaban los presos de Guantánamo.

Tres de los acusados han sido condenados a 12 años de cárcel por integración en organización terrorista en grado de dirigentes, mientras que los otros siete lo han sido como miembros. El tribunal considera que tras pasar una etapa de formación en la yihad formaron una célula "con la única finalidad y motivo de cumplir y servir los postulados señalados por el Daesh, atentos para llevar a cabo, en cualquier momento un ataque contra instituciones, como la policía, entidades bancarias o intereses judíos asentenados en España".

La resolución señala que para ello fotografiaron lugares emblemáticos de Barcelona contra los que pensaron atentar y tenían intención de grabar el asesinato que planeaban para difundirlo. El grupo empezó a formarse en el primer trimestre de 2014 entre musulmanes que frecuentaban la mezquita de Terrassa. Llamaron a su grupo Fraternidad Islámica, Grupo para la predicación de la Yihad.