Los grupos parlamentarios andaluces explicaron ayer su posición de rechazo o apoyo a la investidura del candidato popular Juan Manuel Moreno a la presidencia de Andalucía. La izquierda reprochó al PP de pactar con la ultraderecha, Ciudadanos se desmarcó del acuerdo y Vox insistió en defender su ideario populista.

SUSANA DÍAZ (PSOE)

«Los ultras tienen la sartén por el mango»

En el día en que salió de la Junta de Andalucía, Susana Díaz se movió entre el reconocimiento de la «legitimidad» de Juan Manuel Moreno, las cargas contra Vox y la ausencia de señales de que piensa retirarse de la primera línea política. El protagonista absoluto de su intervención fue el partido ultra, cuyos 12 diputados «tienen la sartén por el mango» pese a ser los «herederos del franquismo».

«Gracias a esos votos de extrema derecha usted va a alcanzar la presidencia de la Junta», le dijo Díaz a Moreno. Sobre Ciudadanos, sus socios hasta hace solo unos meses, la líder del PSOE andaluz también pasó de puntillas, solo para argumentar que desvincularse del acuerdo entre el PP y Vox, como intentan los naranjas, es imposible. La expresidenta echó mano de la canción de Objetivo Birmania. «Los amigos de mis amigos son mis amigos», recordó.

Pero la líder del PSOE andaluz también reconoció la «legitimidad» del pacto andaluz, llegando a hacer una tímida defensa de Pedro Sánchez. «No voy a dudar de la legitimidad de su Gobierno. Yo no voy a decirle lo que cada día tiene que escuchar el presidente Sánchez», señaló.

«La veo desdibujada», le contestó Moreno. «Usted sí que no tiene legitimidad para criticar», sostuvo. Aquí las relaciones de Sánchez con el independentismo catalán pasaron al primer plano. «Si los amigos de mis amigos son mis amigos, ¿los amigos del señor Sánchez son sus amigos?», preguntó el nuevo presidente.

TERESA RODRÍGUEZ (AA)

Rechazo al «Gobierno franquicia»

Los motivos esgrimidos por la portavoz de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, para no apoyar la investidura de Juan Manuel Moreno y el futuro Ejecutivo, formado por PP y Cs, fueron cuatro: se tratará de un «Gobierno franquicia», que solo «beneficiará al 0,7% de la población», que estará «entregado a la extrema derecha» y que no supondrá un cambio «sino reacción».

«Este Gobierno se ha negociado a miles de kilómetro, es un tripartito tutelado por [Pablo] Casado, [Albert] Rivera y [Santiago] Abascal», recriminó la líder andaluza a Moreno antes de asegurar que el papel del popular no será el de presidente «sino, como mucho, gobernador civil». Rodríguez llegó a ironizar con lo «poco flamenco» que será el futuro Ejecutivo dirigido desde Madrid.

JUAN MARÍN (CS)

Emplaza a Moreno a «cumplir» el pacto

El líder de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín, emplazó al presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, a «cumplir» con el acuerdo de gobierno entre ambos partidos y dijo que se encuentran «no solo ante un reto histórico, sino ante una responsabilidad histórica».

En su discurso durante el debate de investidura de Moreno, Marín afirmó que el líder popular está «legitimado» para buscar apoyos en otras fuerzas políticas a las que no nombró, pero le recordó que a Ciudadanos solo le vincula el acuerdo firmado con el PP.

«De lo demás serán usted y la fuerza política que lo ha firmado responsables, pero no vincula a mi formación», insistió Marín,

FRANCISCO SERRANO (VOX)

Avisa de que no renunciará a su ideario

Por primera vez un grupo de ultraderecha tiene una tribuna en una institución en España. Francisco Serrano, el portavoz de Vox en la Cámara autonómica, fue claro. En estos momentos, no tienen mayoría para imponer sus iniciativas. El Gobierno será una coalición entre populares y naranjas con el apoyo externo de los ultras, pero tiempo al tiempo, vino a decir. «Vox no va a renunciar a ninguno de sus planteamientos, incluida la derogación de las leyes de ideología de género», avisó Serrano, que mintió al decir que la norma de violencia de género no ha servido para reducir el número de mujeres asesinadas. Desde el 2003, el número ha bajado de 71 a 47 (2018). Serrano advirtió de que tampoco dejarán de reclamar la expulsión de inmigrantes sin papeles.