La dimisión de Albert Batlle como director de los Mossos a dos meses y medio del referéndum del 1-O ha desatado todo tipo de reacciones. La oposición en el Parlament ha cargado contra el Govern por un relevo en una área tan sensible y que consideran que solo responde, como en el caso del 'conseller' de Interior, a motivos políticos.

"No quisiéramos tener que lamentar que la dimisión de Batlle confirma la deriva de radicalidad en esta 'conselleria'", ha asegurado Salvador Illa, secretario de organización del PSC, que ha explicado que su partido ve con "preocupación" este cambio.

"El gobierno de España tomará todas las medidas necesarias para que nadie intente que los Mossos actúen al margen de la legalidad", ha asegurado Xavier García Albiol. "Quiero transmitir a los Mossos un mensaje de tranquilidad. Las instituciones democráticas y el estado de derecho no permitirán ningún exceso", ha apuntado el líder del PPC.

La noticia también ha sentado mal al portavoz de Cataluña Sí que es Pot. "Preocupante el desmantelamiento de la dirección política de interior mientras estamos en grado 4 de alerta terrorista, campaña de incendios", ha tuiteado Joan Coscubiela. "Es una irresponsabilidad provocar cambios en toda la estructura de Interior no por razones de mejora de la seguridad, sino de equilibrios internos".