Los casi dos meses que han pasado desde que se celebraron las elecciones generales empiezan a ser demasiado largos para el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, que pidió comenzar una «negociación de gobierno seria» con el presidente en funciones, Pedro Sánchez. El líder morado se mantiene firme en su objetivo de formar un Consejo de Ministros bicolor y evitó pronunciarse, una vez más, sobre la oferta de entrar en el Gobierno ocupando puestos intermedios de la administración, que no gusta en Unidas Podemos ni por su fondo ni por la forma en que se ha planteado.

«Las propuestas que se hacen a los socios de gobierno no se deben hacer a través de los medios de comunicación ni de ultimátums», zanjó Iglesias, tras una reunión con los líderes de UGT y CCOO -que reclamaron un Gobierno estable y progresista con una participación importante de Podemos, aunque sin concretar a qué nivel-.

El líder morado criticó la estrategia de «partido de pimpón» que, asegura, están empleando los socialistas. Así, acusó a Sánchez de mandar mensajes «contradictorios» durante las últimas semanas: «No sabemos exactamente lo que está diciendo el PSOE porque parece que cada día dicen cosas diferentes». Acto seguido se dirigió a Sánchez para pedirle seriedad a la hora de dialogar la composición y las medidas del futuro Ejecutivo. «Tiene que haber respeto por la contraparte y un mínimo de discreción», afirmó antes de hacer hincapié en que Podemos tiene «plena disponibilidad» para llegar a un pacto, formando parte del Gobierno, y de programa, «siendo todos capaces de ceder».

Iglesias trató de convencer a los socialistas de la necesidad de ocupar carteras ministeriales tirando de dos argumentos. El primero, que el PSOE obtuvo en las elecciones generales 7,5 millones de votos frente a los 3,7 millones de los morados. Una proporción de dos a uno que el político madrileño ve suficiente para un Gobierno de cooperación.

El segundo, el ejemplo de los acuerdos en Canarias, Baleares o Valencia donde Podemos ha entrado en los ejecutivos pese a no sumar mayoría con los socialistas -uno de los motivos por lo que el PSOE no se avienen a pactar a nivel estatal-.

Con este planteamiento encima de la mesa, Iglesias llegó a tachar de «barbaridad» y «falta de respeto» la posibilidad de que no se alcance un pacto de coalición y haya que volver a llamar a los ciudadanos a las urnas. Le recordó al presidente su «deber constitucional» de formar un Gobierno y buscar los apoyos necesarios después de haber sido propuesto como candidato por el Rey.