Desde hace varias semanas, la negociación de los Presupuestos Generales del Estado del 2021 se ha situado en el horizonte político, abriendo la veda a todo tipo de especulaciones sobre los apoyos que buscará el Gobierno para sacar adelante las cuentas públicas. Ayer, el vicepresidente segundo del Ejecutivo, Pablo Iglesias, quiso dar por zanjada la idea de que la coalición del PSOE y Unidas Podemos buscará el apoyo de Cs. Según dijo, las medidas que él pactó con Pedro Sánchez al comienzo de la legislatura son «completamente incompatibles» con las que enarbola el partido de Inés Arrimadas.

La posición del vicepresidente segundo contrasta con las intenciones de parte del sector socialista del Ejecutivo que, durante las últimas semanas, ha insistido en la necesidad de hablar con todas las formaciones, en especial con los naranjas, para sacar adelante las cuentas públicas. Sin embargo, Iglesias no lo ve así. «¿Es viable llegar a un acuerdo con Cs? Yo creo que no», dijo en una entrevista en RNE.

Según dijo, resulta «evidente» que el Gobierno se construyó sobre un pacto progresista que chocaría con algunos de los principios de Cs. Además, descartó cualquier posibilidad de realizar concesiones para lograr el entendimiento con los naranjas: «No vamos a renunciar ni a una coma del acuerdo».

Entre sus planes está revalidar la mayoría que permitió arrancar la legislatura. «El bloque de la investidura creo que va a ser el bloque de los Presupuestos Generales del Estado», sentenció.

El veto de Iglesias no sentó bien a Cs. Su portavoz adjunto, Edmundo Bal, le reprochó que rechazara una oferta que ni siquiera se ha hecho todavía y cargó contra la estrategia de trazar «líneas rojas» solo en función de la ideología y no de los intereses de los ciudadanos. M. A. R.