El intercambio de golpes que se vienen dando la mayoría de partidos con Daniel de Alfonso y el ministro Jorge Fernández Díaz a cuenta de sus polémicas conversaciones se ha saldado este miércoles con la revocación del director de la Oficina Antifrau de Cataluña (OAC). El propio De Alfonso ya ha avisado de que recurrirá su destitución en los tribunales porque considera que ni actuó con negligencia ni se pueden usar contra él unas "grabaciones ilegales", pero por lo pronto deberá abandonar su amplio despacho de la calle de Ribes de Barcelona. Todos los grupos del Parlament salvo el PP (121 diputados frente a 11) han aprobado su despido; la presidenta de la Cámara, Carme Forcadell, ya ha firmado la carta de expulsión, y Junts pel Sí con Carles Puigdemont al frente han vuelto a aprovechar el 'Fernándezgate' para alentar al independentismo frente a un Estado que les ataca desde las "cloacas".

La semana pasada fue De Alfonso quien repartió a diestra y siniestra en la comisión de Afers Institucionals, donde acusó de "hipócritas" a los partidos porque él compartido confidencias con todos ellos. En esta ocasión ha sido la Cámara quien ha salido en tromba contra él. Ya en la sesión de control, después de que Benet Salellas (CUP) recordara que el director de Antifraude fue designado tras un acuerdo entre CiU, el PSC y el PP y se quejara de que los Mossos no lo hayan detenido por cometer una "ristra de delitos", el 'president' Puigdemont ha erigido a Convergència en "doble víctima", por las maquinaciones perpetradas contra ellos y porque algunos (Ada Colau) les llamaron "mafiosos" basándose en "basura". El jefe del Govern lo ha ligado además con el procesamiento del 9-N y ha arrimado del todo el ascua a su sardina al dibujar un Estado español putrefacto que solo lleva a una solución: "Irse [de España]".

"FALTA DE OBJETIVIDAD, DE CONFIDENCIALIDAD..."

Ausencia de confidencialidad, falta de lealtad al Parlament, sumisión a Jorge Fernández Díaz en lugar de independencia política... Las razones que han esgrimido los grupos para aprobar la revocación son muy variadas. "De Alfonso ha puesto en entredicho la objetividad del órgano que dirige por razones políticas. No perseguía a los políticos por ser corruptos, sino para ayudar a los propósitos políticos del ministro". Esta frase no la ha dicho Puigdemont, sino Carlos Carrizosa (Ciutadans), que ha levantado los aplausos de Oriol Junqueras cuando ha calificado de "chapuza" el funcionamiento de un ministro al que graban en su propio despacho. Las palmas del dirigente republicano se han acallado cuando el diputado 'naranja' ha culpado al PP de "dar alas" a los soberanistas, pues considera que estos han usado el 'Fernándezgate' para intentar hacer ver como si el 'caso Palau', el 'caso ITV' o el 'caso 3%' no han existido.

Tanto Carrizosa como Salellas -que ha pedido la "depuración" de De Alfonso incluso como juez- y Lluís Rabell (Cataluña Sí que es Pot) han incidido en que la directora adjunta de Antifrau, Maite Masià, fue designada con los votos de CiU y el PSC tras una fuerte polémica, puesto que su nombre ha aparecido en casos como el ITV. "Nos tenemos que hacer mirar cómo hacemos nuestros castings y a quién condecoramos", ha proclamado Rabell, cuyo partido se ha sumado al rosario de querellas contra De Alfonso. "El director de Antifraude ha puesto en riesgo todo el trabajo de la oficina", ha lamentado el socialista Ferran Pedret.

EL PP: "¿A QUIÉN LE INTERESA LA REVOCACIÓN?"

Como cabía esperar, solo el portavoz adjunto del PP, Santi Rodríguez, ha salido en defensa de De Alfonso y el ministro. El dirigente popular se ha quejado de que ningún otro grupo haya mostrado preocupación sobre quién ordenó las grabaciones y para qué y ha lanzado más dudas sobre la oficina. Además de insistir en las sombras que planean sobre la directora adjunta, tras percutir en que al director de la OAC se le persigue por "ser español", se ha preguntado: ¿A quién le interesa la revocación?. Y ha planteado que el próximo responsable de la institución deba ser escogido siempre por mayoría reforzada y no por mayoría absoluta en segunda votación para evitar "que los independentistas" impongan a quien les convenga.

La elección del sustituto de De Alfonso, pues se supone que Masià solo ocupará el cargo de forma interina, se convierte ahora precisamente en el foco de la disputa. La portavoz de Junts pel Sí, Marta Rovira, después de criticar que el ministro y el director de Antifray hayan incurrido en "prácticas corruptas", ya ha dejado claro que habrá un nuevo responsable al frente de la OAC. Pero no será coser y cantar. Todos los grupos, incluso CDC y ERC, se miran de reojo ante los posibles nombres que puedan salir propuestos.