El independentismo catalán se encamina hacia la reproducción del esquema que siguen los partidos del bloque del 155. Es decir, la multiplicidad de listas. El consejo nacional del PDeCat eligió ayer a Carles Puigdemont como candidato después de que el presidente cesado se ofreciera como cabeza de cartel de un frente unitario. El resto de partidos que se deberían sentir aludidos, ERC y la CUP, recelan. En los últimos días, con todo, ya ha habido contactos discretos entre las distintas fuerzas, aunque, hasta el momento, con poca complicidad, según relata una voz conocedora de los encuentros: «Hay mucha frialdad».

De fondo, y una vez más, las tensiones entre los posconvergentes y ERC por ver quién impone sus tesis sobre las candidaturas. CDC y ahora el PDeCat, desde que perdieran a manos de los republicanos las elecciones europeas del 2014 defiende listas unitarias allá donde haya elecciones. Los republicanos, en la creencia de que los posconvergentes pretenden camuflar los pésimos resultados que les dan las encuestas y que les dieron las urnas en las dos elecciones generales de 2015-16, se resisten como gato panza arriba de la opa.

Ello repercute en la seguridad posconvergente de que los republicanos anteponen sus resultados electorales a los intereses catalanes, aun cuando esté por demostrar que una lista única obtenga mejores resultados que varias separadas, al modelo italiano. De hecho, la suma de diputados más baja entre CDC/PDeCat y ERC se produjo, precisamente, con Junts pel Sí.

DISCURSO DE PASCAL / En el discurso abierto a la prensa que ha trazado la coordinadora del PDeCat, Marta Pascal afirma que la suya es una apuesta de «conjunto», una «gran lista unitaria que incorpore todas las sensibilidades» y a la que se incorporen, también, todos los presos políticos.

En un consejo nacional dominado por la emoción por los compañeros encarcelados o en el exilio, Pascal afirmó: «Por nosotros no quedará». Y en velada referencia a ERC sentenció que no serán los posconvergentes «los que pongan condiciones», ni pongan «trabas». Y es que los posconvergentes entendieron el mensaje que mandó el consejo nacional de Esquerra, el sábado, en el sentido de que ellos suscriben una lista unitaria si realmente es unitaria, es decir, si está la CUP, como una condición. Bastante difícil de cumplir, incluso por los propios posconvergentes.

Solo hace falta remitirse a las propias palabras de Pascal de ayer sobre el futuro de su partido. «Tenemos que estar orgullosos de lo que somos. Solo con una actitud de autoafirmación, de ser un espacio de centro pragmático y vocación europeísta saldremos adelante». De hecho, esta auto-afirmación es la que ha llevado a los posconvergentes a atacar frecuentemente a la CUP.

La concejala anticapitalista Eulàlia Reguant, y una de las diputada clave en la extinguida legislatura, ha explicitado el grado de reserva de la CUP ante esta nueva intentona del PDeCat por alcanzar la candidatura unitaria. Reguant, en Catalunya Ràdio, se ha preguntado «lista única, ¿para hacer qué?». Y es que entre los anticapitalistas cunde la sensación de que este tipo de listas sirven a los posconvergentes para implantar su modelo económico y social.