El independentismo logró en las elecciones del 21-D su principal objetivo. Pero la mayoría absoluta de Junts per Catalunya, ERC y la CUP no ha propiciado de momento la formación de un nuevo Govern que levante el control de Madrid sobre la administración catalana. Conforme pasan los días, aumenta la división en el soberanismo, y el escenario de una repetición electoral ha dejado de ser el menos probable.

La reunión de ayer de la ejecutiva del PDECat ofreció una buena fotografía del momento político. Cuadros del partido se declararon «estupefactos» por las palabras del sábado de Carles Puigdemont: el expresidente animó a los suyos por videoconferencia a crear un «nuevo movimiento político» con las siglas de JxCat. Dirigentes del PDECat interpretan que existe una voluntad de «anular» lo que representa esa formación, y así lo expresaron en la reunión de ayer.

Lo que pasó por la tarde no debió de tranquilizarlos: Puigdemont anunció que reunirá de nuevo el miércoles a todos los diputados de JxCat, esta vez en Bélgica. Su equipo da por hecho que allí podría arrojar luz sobre sus planes, toda vez que la investidura de Jordi Sànchez se ha complicado mucho tras la intervención del juez del Supremo Pablo Llarena y el no de la CUP.

Y, a la vez, trascendió que los parlamentarios independientes de la candidatura, afines al expresident, están ultimando la creación de una asociación propia para empezar a estructurar un movimiento transversal y alejado de «partidismos» dentro del independentismo, informa Efe.

Ante lo que cada vez más dirigentes del partido interpretan como una opa hostil, el PDECat no está dispuesto a cruzarse de brazos. La formación quiere evitar a toda costa la repetición de las elecciones. Según los dirigentes del partido, no todos los actores implicados tienen las mismas prioridades: muchos dan por hecho que Puigdemont prefiere una repetición electoral a dejar su acta de diputado, lo que podría contribuir a desbloquear la legislatura.

Pero llegado el caso, si los catalanes tienen que pasar de nuevo por las urnas, la formación no da por hecho que vaya a repetirse la fórmula de Junts per Catalunya. Esa marca se registró formalmente como una coalición entre el PDECat y CDC, como publicó EL PERIÓDICO. Y ayer la coordinadora general del PDECat, Marta Pascal, lo recordó para reivindicar la vigencia de su partido, que no descarta ni mucho menos usar la denominación en comicios futuros.

ABIERTOS A OTRO CANDIDATO / «La decisión de reeditar o no Junts per Catalunya la debería tomar de nuevo el Consell Nacional», dijo Pascal. La coordinadora general del PDECat también ha recordado el peso del partido en la implantación territorial del espacio político posconvergente. «Nadie puede cuestionar que somos un activo», afirmó.

Pascal también se abrió a buscar un candidato distinto de Jordi Sànchez. «Ahora mismo nadie nos ha hecho llegar la necesidad de cambiar. Si fuera el caso, deberemos buscar un candidato de consenso», aseguró la líder posconvergente. En el partido afirman que existe un acuerdo para que el próximo presidentE, si no es Sànchez, sea del PDECat.

Los convulsos días de octubre, con la proclamación de la independencia de una república catalana que no llegó a nacer, siguen haciendo mella en el ánimo de los dirigentes independentistas. El libro Los entresijos del procés (Catarata) narra un episodio revelador: cuando Puigdemont trató de convencer a los suyos de que convocar elecciones autonómicas era la mejor opción, aunque luego dio marcha atrás. «Para que se entienda: no tenemos nada. No tenemos estructuras de Estado, no tenemos a los Mossos, no tenemos ningún fondo económico, no tenemos ningún mediador internacional», dijo el 26 de octubre Puigdemont a Carme Forcadell cuando la expresidenta del Parlament le pidió proclamar la república catalana y después convocar elecciones.

Entre tanto, las conversaciones entre los actores del independentismo, cara a alcanzar un pacto, están en «punto muerto», según palabras de una voz conocedora de la negociación. Tras el principio de acuerdo entre JxCat y ERC de la semana pasada y la traslación a la CUP de la última oferta, se espera ahora la decisión de los anticapitalistas, que el sábado tienen consejo político ordinario. En general hay un gran pesimismo en las fuerzas mayoritarias del secesionismo con respecto a lo que pueda decir la CUP.

Un pesimismo que va más allá de los nombres, sea el de Jordi Sànchez o Jordi Turull, por cuanto lo que los anticapitalistas desean, desbordar el marco constitucional, ni unos ni otros están dispuestos a dárselo. Si a esto se suma la constancia de que ni Puigdemont ni Toni Comín tienen intención ceder sus actas, el resultado que da es el de la irremediabilidad de los comicios, cree una fuente negociadora.