Reconocen en la Moncloa que no saben con qué Pablo Casado se van a encontrar el lunes en la Moncloa, si con el líder apocalíptico que vieron en el debate de investidura, o con el dirigente centrista que se presentó a las elecciones de noviembre. Se encuentren a quien se encuentren, explican, Pedro Sánchez se ha fijado como objetivo tenderle la mano e instarle a hacer una oposición de Estado en la reunión que mantendrán en la Moncloa. En lo práctico, porque el Gobierno no dispone de mayoría absoluta y necesita el plácet del PP para aprobar reformas. Y de fondo, porque en el Ejecutivo ha arraigado la sensación de que tienen que demostrar a una opinión pública hastiada que hay acción legislativa conjunta y no solo bronca política.

La reunión, explican fuentes gubernamentales, se preparará al milímetro. Sánchez quiere pedir a Casado que abandone el «bloqueo» y se avenga a negociar temas fundamentales como la reforma del sistema de pensiones, la financiación autonómica y la renovación de órganos como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el Consejo de RTVE y el Defensor del Pueblo.

El presidente necesita la colaboración del PP, puesto que son reformas que requieren mayorías cualificadas en el Congreso. Ante la imposibilidad de llegar a ningún acuerdo con Vox, el diálogo con la oposición se reduce al Partido Popular.

«Queremos mostrar la mano tendida, ofrecer a Casado que se puede hacer una oposición de Estado para construir juntos y superar el debate partidario», explican fuentes gubernamentales. El resultado del encuentro, reconocen, es incierto. Voces del Ejecutivo opinan que en el medio plazo, si Casado quiere construir un perfil presidencial, tendrá que asumir una actitud más dialogante. Confían en que ese cambio pueda producirse, aunque reconocen que de la reunión del lunes difícilmente se saldrá con anuncios concretos. El simple hecho de que se produzca el encuentro, sostienen, ya es en sí mismo importante.

CRISIS TERRITORIAL / Casado, por su parte, acudirá a la reunión con un orden del día que incluye pedir al jefe del Ejecutivo que «vuelva a las posiciones de moderación y centralidad» de las que considera que se ha alejado «tras su pacto con Podemos, ERC y Bildu». Según fuentes del Partido Popular, el líder de los conservadores quiere abordar el «deterioro del empleo» y «la cuestión de Cataluña.

Los populares consideran que Sánchez ha «radicalizado» al PSOE y está «degradando las instituciones». Ponen tres ejemplos de ello: el nombramiento de la exministra Dolores Delgado como fiscala general, las críticas de los socialistas a los conservadores por pedir a la Junta Electoral Central que actúe contra el presidente catalán, Quim Torra, tras la pérdida de su escaño y la rebaja del delito de sedición. Casado preparará hoy con sus asesores el enfoque de una cita tras la cual deberá dar pistas sobre qué tipo de oposición quiere hacer.

A nivel interno, Casado está especialmente pendiente del resultado electoral en Galicia. Si Alberto Núñez Feijóo no logra retener el Gobierno, será un problema porque será otro mazazo para el partido en su último feudo. Pero si el presidente de la Xunta se afianza, también puede suponer un contrapeso al propio Casado. Feijóo no se ha mordido la lengua cuando ha visto cómo la cúpula de Génova se dejaba arrastrar por Vox. El gallego rechazó suceder a Mariano Rajoy en el 2018, pero nunca dijo que fuera para siempre.

Al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el fondo, le conviene electoralmente un Pablo Casado como líder de la oposición duro frente a uno moderado, porque sus ataques, explican fuentes de la Moncloa, unen al PSOE e impiden que el PP se convierta en una alternativa.

COMITÉ FEDERAL DEL PSOE / Las apelaciones de Casado a Sánchez para que vuelva a la «moderación» tienen un escaso recorrido en el PSOE, como se verá en el comité federal que se celebrará mañana.

El organismo, que reúne a sus principales dirigentes, incluidos los líderes territoriales, avalará la senda del presidente.

Las críticas internas apenas existen. Incluso el presidente autonómico que más ha atacado a Sánchez en los últimos tiempos, Emiliano García-Page, acudirá al encuentro con la intención de «conciliar», según han asegurados desde fuentes del PSOE castellano-manchego.