Desde que la Casa del Rey emitió el comunicado, su teléfono arde. La periodista Pilar Eyre (Barcelona, 1951) ha dedicado buena parte de su vida al análisis de la Familia Real y "sus adosados", desplegado la información palaciega en una docena de libros y centenares de artículos poco palmeros 'La soledad de la Reina' (2012) no gustó un pelo a la Zarzuela cuando Juan Carlos I aún era intocable. Ahora siente que (se) cierra una etapa.

-"Exilio", "paréntesis", "huida indigna". ¿Qué categoría se ajusta a la realidad?

-Exilio, quizá. Es cierto que Juan Carlos puede volver a España, pero su salida ha sido obligada. Ayer se intentaba quitar mordiente, subrayando que es una partida "temporal", que es probable que vuelva en septiembre. En todo caso, el comunicado es muy fuerte. Tanto como el de marzo, en el que Felipe reconoció las irregularidades al retirar la asignación a su padre y renunciar a la herencia.

-¿Este exilio despeja a la monarquía o la nubla más?

-La intención es limpiar el cuerpo monárquico de podredumbre. Creo que mientras el PSOE continúe en el poder, Felipe y Letizia tienen años por delante.

-Pedro Sánchez ha pasado de puntillas.

-Me enoja que Sánchez no nos haya informado sobre el paradero del emérito. Deberíamos saberlo y en qué condiciones. No entiendo a qué vienen tanto misterio y secretismo.

-Sostenía hace años que Juan Carlos había sido un buen rey y un mal marido. ¿Se corrige?

-Yo recuerdo qué era el franquismo y valoro su trabajo de desmontar sin despeinarse el tocho de los Principios del Movimiento Nacional, yendo de la ley a la ley, con Torcuato Fernández-Miranda. También reconozco su impulso a muchos proyectos empresariales. Un expresidente de la Generalitat me confesó: "Cada vez que organizo una gira por el Golfo Pérsico, los empresarios piden que vaya el Rey, porque se come el ojo de un cordero con un príncipe, bromea, habla inglés, y todos los negocios salen". Sin pedir un duro a cambio.

-¿Qué le preguntaría al emérito si lo tuviera delante?

-"¿Usted tiene algo de lo que avergonzarse?".

-Conociéndole, ¿qué imagina que contestaría?

-Creo que Juan Carlos no cree haber hecho nada malo, no es consciente de haber cometido irregularidades. Estoy convencida de que considera que ha dado mucho a este país. Frente a las 300 audiencias al año, los viajes oficiales, la mediación en la crisis del petróleo, su ir a ver a Putin, creo que piensa: "Con lo que he hecho por España, ¿qué son 100 millones de un jeque árabe? Calderilla!".

-Calderilla no es

.-Cuando a Juan Carlos le explicaban las tropelías de Urdangarín su yerno favorito, me contaron que decía: "¿Tú crees? No es para tanto". No echemos la culpa a nadie. El que se ha metido en los follones y ha actuado mal es Juan Carlos. Me molesta que le cuelguen a Corinna el papel de "la pérfida extranjera". Atribuir todo los males a los encantos de esta señora es un acto de machismo intolerable. Como lo es que los pocos juancarlistas que hay continúen diciendo que todo es una maniobra de Letizia. Minusvaloran la figura de Felipe, lo convierten en un bobo. Flaco favor le hacen.

-¿Qué otra cosa le rechina?

-Echo de menos que Juan Carlos no se haya dirigido a los españoles para dar una mínima explicación y hasta para pedir unas disculpas más aceptables que aquella 'cosa' de niño pequeño que hizo en el pasillo del hospital. Y luego está la omisión de la Reina.

-¿Qué pasa con ella?

-Que sepamos, Sofía no ha dado un puñetazo sobre la mesa ni ha pedido divorciarse de este señor que la ha humillando día tras día públicamente. Juan Carlos deja su papel en tierra de nadie. Se dice que seguirá con sus deberes institucionales. Pero, ¿cuáles son? No nos consta. Todos los privilegios que ha tenido han sido gracias a su matrimonio.

-¿Todo esto es solo la punta del iceberg?

-Lo vengo diciendo desde hace tiempo. Juan Carlos ha sido espiado por los servicios de inteligencia españoles desde que era príncipe. Hay centenares de grabaciones. Miles. Sé que cuando dictó sus memorias al difunto José Luis de Vilallonga, este recogió sus palabras en 17 cintas y utilizó una tercera parte. ¿Dónde está el resto? ¿Quién las tiene?

-¿Y usted cuánto calla?

-Algunas cosas. Llevo 40 años escribiendo en mi cabeza la biografía de Juan Carlos y algún día lo pondré negro sobre blanco. Es un rey del que todos hablamos pero que muy pocos conocen. Se ha dicho que era un títere de Franco, un tonto... Y es una figura llena de aristas, sorprendente, rica. Es muy astuto.

-¿Y codicioso?

-Sí. En su juventud supo qué era no llegar a fin de mes, vivían de lo que les pasaba el Banco Espírito Santo. De esa época le ha quedado el ansia de no volver a pasar hambre, como Escarlata OHara. Por eso me encajaba Portugal como destino.

-¿Le veremos sentado en un banquillo?

-Como pitonisa no tengo precio. Afirmé con contundencia que no veríamos a la infanta Cristina sentada en el banquillo y ya ve usted.