Salvo sorpresa, la constitución de las Cortes propiciará mañana la imagen de dos mujeres al frente de las dos cámaras, que ya se dio entre los años 2000 y 2002, durante la segunda legislatura de José María Aznar. Meritxell Batet repetirá como presidenta del Congreso, mientras que en el Senado habrá cambio de jefe. El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha optado por relevar de la presidencia del Senado al catalán Manuel Cruz, cuestionado internamente tras ser acusado de plagio en un manual de Filosofía para estudiantes. La sustituta será Pilar Llop, una jueza especializada en violencia machista sin el carnet del PSOE.

El nombre, que será propuesto hoy a la ejecutiva del partido para su ratificación, supone otro doble guiño de Sánchez a dos de sus principales banderas: el feminismo y la lucha contra el machismo. Pero también implica que el PSC pierda un puesto de relevancia institucional, algo que el presidente en funciones podría compensar, en caso de ser reelegido, confiando de nuevo a los socialistas catalanes un ministerio, aunque ello dependerá también de los equilibrios en la negociación con Unidas Podemos. No obstante, fuentes socialistas aseguraron que a Cruz se le reservan «otras importantes responsabilidades».

Llop (Madrid, 1973) es senadora del PSOE por designación de la Asamblea de Madrid y fue delegada del Gobierno para la Violencia de Género desde julio del 2018 a abril del 2019. Su último destino judicial fue el juzgado de violencia de género número 5 de Madrid. Antes, del 2011 al 2015, fue letrada del Gabinete técnico del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con responsabilidades como la jefatura de la Sección Observatorio Violencia Doméstica y de Género, la secretaría de la Comisión de Igualdad, la secretaría del Foro Justicia y Discapacidad y el comité de dirección del CGPJ. Accedió a la carrera judicial en 1999 y en el 2004 había ascendido ya a magistrada. Dejó la carrera en el 2015 para ser diputada en la Asamblea de Madrid.

Al PSOE le corresponden cuatro de los siete puestos de la Mesa del Senado, y al PP, los tres restantes. Cabe la opción de que los socialistas se queden con tres y que cedan el cuarto a otro partido para compensar el apoyo parlamentario. En la Mesa del Congreso, el PSOE y Unidas Podemos quieren asegurarse la mayoría, con cinco de los nueve miembros.