Mucho se habla de las conversaciones de investidura entre el PSOE y ERC pero el aspirante socialista a la investidura necesita más apoyos para garantizar que sigue en Moncloa, como el que pueden brindarle los seis diputados del PNV. Los nacionalistas vascos, que hasta el momento han mantenido un solo encuentro oficial con la delegación negociadora socialista, no esperan ni dicen necesitar un trato especial. Su intención, aclaran fuentes peneuvistas a este diario, no es boicotear que Sánchez sea presidente y forzar unas terceras elecciones, sino garantizar que hay voluntad de afrontar los problemas territoriales y de ofrecer garantías en economía y cuestiones competenciales.

De hecho estos son los puntos que piensan poner sobre la mesa en los próximos días para garantizar su aval a una investidura a la que no quieren poner precio alto, dada la coyuntura de parálisis general. Eso sí, las fuentes consultadas insisten en que aún no conocen las bases del acuerdo programático que están desarrollando la socialista María Jesús Montero y el dirigente morado Pablo Echenique y que, a su entender, es condición clave para saber si pueden dar su apoyo sin reservas al aspirante presidencial. En este sentido insisten en que esperan reformas económicas prudentes y que Unidas Podemos no impulse legislación sin tener en cuenta los límites de competencias, «algo usual en esta organización política».

La dependencia en escaños también del PNV para lograr mayoría en el Congreso es uno de los motivos que el PSOE ha venido esgrimiendo, durante la pasada legislatura, para justificar que no se derogara la reforma laboral de Mariano Rajoy, como ansía buena parte de la izquierda. Los peneuvistas no se cierran a estudiar la modificación o mejora de algunos aspectos de esta legislación, algo que parece que quieren PSOE y Unidas Podemos con cuestiones específicas como el despido por bajas justificadas, pero sí son reticentes a un derribo general. Esa postura de precaución, según dicen, es la que mantienen también para otras posibles iniciativas económicas, pese a que afirman tener confianza en que el control de Bruselas a las cuentas públicas y la elección de Nadia Calviño como vicepresidenta en la materia ejerzan de dique de contención ante posibles «excesos».

El martes será el día en que Sánchez llame por teléfono al lendakari para conocer su parecer y prioridades frente a la recién estrenada legislatura. Después habrá de llegar una segunda cita entre el PSOE y PNV en el Congreso. Los nacionalistas no esperan sorpresas. «Si Sánchez consigue la abstención de ERC, los votos del PNV volverán a ser imprescindibles [...].Pero probablemente los nacionalistas vascos no dispongan de tiempo para establecer una negociación que haga que su posición sea favorable al candidato socialista.