Podemos lo apuesta todo a Pablo Iglesias. Los morados, ante el mal futuro que le augura la demoscopia y el auge de la derecha, depositan en él sus esperanzas para no caer en picado el 28-A. Su líder reaparecerá el 23 de marzo en la madrileña plaza del Museo Reina Sofía, donde la formación festeja siempre éxitos electorales. Allí, confían en reactivar el voto insatisfecho y desafiar a las encuestas. El regreso no se produce en el momento más idóneo. Desde que la 'número dos', Irene Montero, señalara que la siguiente persona en ocupar la secretaría general será una mujer, las hipótesis sobre el futuro de Podemos crecen. Se han cometido errores -valga de ejemplo el polémico cartel con el que se pretendía anunciar la vuelta de un permiso de paternidad-. Y sumésele que será la primera campaña que no dirija Íñigo Errejón, ahora candidato de Más Madrid para las autonómicas.

La plaza del Reina Sofía ha sido testigo de todas las celebraciones podemistas. Entre otras la de las elecciones del 20 de diciembre de 2015. Meses después de la campanada en las europeas en 2014, los sondeos empezaron a sugerir un 'sorpasso': Podemos, con apenas un año de vida, tenía posibilidad de superar al PSOE. Esa burbuja se desinfló y el partido, en vísperas de ir a las urnas, apeló a la épica; a la remontada. Funcionó para obtener un potente resultado.

Los dirigentes morados comparan aquellos días con los actuales para repetir la gesta. Recuerdan que, entonces, los sondeos también les daban por muertos. Para apelar a esa ilusión, han elegido el entorno del Museo Reina Sofía para el regreso de Iglesias. Será un acto "muy cuidado" en el que el líder podrá reencontrarse con sus bases. Pese al secretismo envuelve el evento, es claro que busca ser un catalizador del votante desencantado.

"VUELVE" CON CONTROVERSIA

Está por ver si logran sus objetivos. Lo que ya es realidad es que la noticia de la reincorporación del 'jefe' levantó críticas. Muchas. El cartel elegido para anunciar el acto mostraba a un Pablo Iglesias de espalda, puño en alto, y ante una marea morada en la Puerta del Sol. Sobre la figura del líder, la palabra "Vuelve". En una tonalidad más clara se realzaba el pronombre "él". La controversia se originó por el carácter heroico otorgado a la vuelta de un permiso de paternidad. Coincidiendo, además, con el 8-M. Todo ello llevó al político madrileño a reconocer el "error" en la elección de dicho cartel, sin especificar quién dio el visto bueno. Sin asumirlo tampoco. Apuntó que no se sentía identificado con él. Fue eliminado de redes sociales.

Era inevitable que tan recalcado reconocimiento a Iglesias como el llamado a protagonizar otra 'remontada' se interprestase como un intento de freno a las suspicacias en torno al liderazgo morado. Montero, en TVE, dejó caer que, "pronto", la secretaría general será de una mujer. Las especulaciones sobre quién será la sucesora (¿la propia Montero?) y cuándo llegará el relevo se han multiplicado.

SIN ERREJÓN

Otra novedad. Las legislativas de abril serán las primeras sin Íñigo Errejón (ahora en Más Madrid con Manuela Carmena) en el equipo de campaña. Fue desde los inicios el encargado de dirigir la estrategia electoral de un partido que ha llegado lejos. La idea de la "remontada" fue suya. Ahora los morados deberán enfrentarse al reto de encarar urnas sin su estratega de cabecera. Fuentes de la dirección restar importancia a ese tema y resaltan que a Podemos "se le da bien" las elecciones.