Teléfonos encendidos» y «un largo documento» programático guardado en el cajón. La estrategia de Podemos parece sencilla. Esperar a que Pedro Sánchez llame --aunque no descartan hacerlo los morados-- y volver a sentarse en una mesa de negociación en la que retomar el diálogo que se rompió tras la fallida investidura. Hasta que ese momento llegue, Podemos se toma estos días como un remedio «desinflamatorio» para toda la crispación que se generó en la tribuna del Congreso entre el líder del partido, Pablo Iglesias, y el presidente del Gobierno en funciones.

Una vez el jefe socialista contacte con ellos, pondrán encima de las mesa todas las medidas que han ido recopilando durante las últimas semanas basándose en las reuniones que ya tuvieron con el Ejecutivo antes del debate de investidura. Pero el problema seguirá estando en «cómo se va a constituir el Gobierno», aseguran fuentes de Podemos, que recuerdan que su posición -pese a los debates internos- sigue siendo la misma: sacar adelante una coalición que les permita entrar en el Consejo de Ministros.

Desde que Sánchez saliese de la Cámara baja con 155 noes a sus espaldas y solo con el apoyo de su grupo parlamentario y del diputado del PRC, los contactos entre PSOE y Unidas Podemos quedaron en suspenso. Los morados conceden a los socialista la potestad de marcar los tiempos, de iniciar las conversaciones. No obstante, apuntan, no tienen ningún problema en ser ellos los que marquen el número de la Moncloa: «No se trata de quién queda bien». Aun así, confían en la «racionalidad» de todas las partes y en que este silencio esté sirviendo para «reconstituir algunos puentes» que se dañaron por las formas que mantuvieron todos.

Aún queda mucha tensión en las filas de Unidas Podemos. Los cinco días de conversaciones frenéticas para sacar adelante la investidura provocaron muchos roces. «El PSOE interactúa con los partidos a través de los medios de comunicación», denuncian desde la confluencia. Unos reproches que, pese a la continua mano tendida a retomar el diálogo, se centran en la filtración de un documento de Podemos, por parte del gabinete de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo.

«CAMBIO DE ACTITUD» / Según aseguran fuentes moradas, la Moncloa modificó el nombre de dicho archivo. En un principio era Áreas de responsabilidad de Unidas Podemos y lo cambiaron por Exigencias de Podemos al PSOE. «Hay que dejarse de movimientos cara a la galería», aseveran antes de reclamar al presidente del Gobierno un «cambio de actitud».

Sea quien sea quien llame primero, en Podemos tienen claro que el siguiente paso debe ser retomar las negociaciones en el punto en el que se dejaron. La última oferta del PSOE consistía en una vicepresidencia social para la número dos del partido, Irene Montero, y los ministerios de Vivienda, Sanidad e Igualdad. Un punto de partida que, para los de Iglesias, debe ir acompañado por una negociación integral. .

Sin embargo, desde la formación reconocen que existe cierto debate sobre cómo afrontar el diálogo con los socialistas desde que IU defendiese buscar un Gobierno de coalición sin perder de vista la posibilidad de conformarse con un acuerdo que les permita actuar desde la oposición.

En estos días, se han quedado de guardia el secretario de Acción de Gobierno, Pablo Echenique, y la coportavoz en el Congreso, Ione Belarra, preparados para recibir el documento programático que Sánchez dice estar preparando a raíz de las reuniones que mantiene con la sociedad civil.