Pésimas noticias para el Gobierno. Dos de sus aliados imprescindibles para aprobar este viernes la senda de déficit, Unidos Podemos, ERC y PDECat, han decidido abstenerse, una posición que deja a Pedro Sánchez sin los apoyos mínimos para aprobarla. Si no hay cambios de criterio hasta el momento de la votación, prevista a primera hora de la tarde, el Congreso rechazará el proyecto del Ejecutivo, un paso imprescindible para que el presidente pueda presentar los Presupuestos del 2019. Sánchez advirtió este jueves por la noche que si sus aliados no le respaldaban no le quedaría más remedio que aplicar los objetivos de déficit fijados por el PP, que son más restrictivos y dejan a las comunidades autónomas sin 2.400 millones de euros de oxígeno.

Unidos Podemos y PDECat venían amenazando con la abstención hace semanas. Los morados consideran insuficiente la propuesta de Sánchez y los catalanes, además, vinculaban su decisión a "avances políticos" en el diálogo abierto con la Generalitat. Ninguno de estos grupos quería apoyar este viernes a Sánchez bajo la amenaza de que el PP tumbase con su mayoría absoluta la senda de déficit en su trámite en el Senado, porque consideran que sería un respaldo improductivo. Aunque el Gobierno intentó calmarles ofreciendo una reforma de la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria para poner en valor los votos en el Congreso, como adelantó EL PERIÓDICO, la oferta no parece haber convencido a sus socios. Saben bien que esta modificación no es inminente y requiere un trámite parlamentario. Los catalanes exigen primero reformar a ley.

Así lo ha anunciado el portavoz posconvergente, Carles Campuzano, en Twitter. "Hoy nos abstendremos en la votación de los objetivos de déficit. Ya dijimos que era necesario negociar y llegar a acuerdos, no ha sido así. Ahora es necesario que los gobiernos catalán y español continúen negociando y modifiquen la ley de estabilidad presupuestaria para impedir el veto del PP", ha escrito.

La decisión en Unidos Podemos se toma en medio de una inmensa tensión y con discrepancias. Una parte de los morados mantienen una rendija abierta al cambio de posición a lo largo de la mañana, aunque fuentes del partido puntualizan que no hay ninguna reunión prevista. Salvo una variación de última hora, se impone la línea dura de quienes quieren "desenmascarar" al PSOE y diferenciarse a acompañar a los socialistas para sumar frente al bloque conservador.