Todas las expectativas están puestas sobre un encuentro a tres bandas que todavía carece de fecha, pero que previsiblemente será a finales de la próxima semana. Podemos está preparando un documento económico con cesiones en materia de impuestos y gastos que logre seducir a sus interlocutores: los socialistas, que ya han advertido que esperan salir de esta primera cita con la creación de subgrupos de trabajo para que los ritmos se aceleren; yCiudadanos, que también han aireado que quince días son suficientes para constatar si hay esperanzas o todo es en vano.

Si la reunión no tiene aún día marcado es por la intensa agenda de los líderes políticos. Este sábado Pedro Sánchez dirá a su comité federal que apuesta por un "gobierno parlamentario" y que necesita tanto los escaños de Albert Rivera como los de Iglesias. El líder morado tiene su propio cónclave, que se prevé tenso. El lunes se reúnen las direcciones de los partidos y después, la actividad parlamentaria copará el martes y miércoles, día en que comparecerá Mariano Rajoy en el Congreso. Esas jornadas retrasarán el encuentro pero serán también un termómetro de la situación, porque permitirán evaluar el nivel de sintonía entre PSOE, Podemos y C's.

Este diario ha podido confirmar que Iglesias presentará en esa cita una propuesta a medio camino entre el programa electoral con el que elPSOE se presentó a las elecciones generales y el documento del acuerdo firmado con Albert Rivera. Según fuentes podemistas, sólo el declarar públicamente que respetan ese pacto constituye en si una de las cesiones que el partido morado está haciendo. Pero habrá otras más consistentes. Podemos va más allá de lo que Iglesias anotó en su cuaderno morado en la reunión con Sánchez.Sus colaboradores han elaborado un cuadrante que incluye distintos escenarios de previsión de ingresos y, en función de lo que se acabe cumpliendo, vincularlo a diferentes cifras de gasto público.

Lo confirma el responsable económico y miembro del equipo negociador, Nacho Álvarez. "Barajamos diversos escenarios para la negociación en los que se ajuste nuestra propuesta de evolución del gasto público para los próximos años. La austeridad ha resultado ser un fracaso, incluso para reducir el déficit, y pensamos que debemos inaugurar una nueva fase de expansión fiscal, pero en aras de llegar a un acuerdo con el PSOE, estamos dispuestos a negociar la dimensión que debe tener dicha expansión fiscal", explica.

CUIDADO CON EL DÉFICIT

A lo que no están dispuestos, advierte Álvarez, es que el desborde del déficit público se use como arma arrojadiza para recortar en gasto. "Pensamos que el reciente dato de déficit no puede ser utilizado en este momento, tal y como han planteado el PSOE o Ciudadanos, como excusa para cercenar la agenda social de un posible gobierno de cambio. Hacerlo sería volver a introducir a España en el círculo vicioso de la austeridad", alerta el economista. Este puede ser uno de los puntos de discrepancia, puesto que los socialistas ya han transmitido que esperan realismo por parte de Podemos para compensar esos 25.000 millones que tendrán que recortar.

Fuentes del partido morado consideran que no hay obstáculos concretos que imposibiliten un acuerdo con el PSOE y que pueda ser incluso asumido por Ciudadanos. Opinan que hay vías para llegar a un entendimiento respecto al espinoso desencuentro sobre el referéndum en Catalunya, diálogo en manos ahora de los barones terriotoriales,Miquel Iceta (PSC) y Xavier Domènech (En Comú Podem). De hecho, creen que estas conversaciones pueden dar oxígeno a los socialistas catalanes, a los que presumen dañados por el pacto con C’s.

La intención del equipo morado es plantear una negociación por etapas, en la que se vayan despejando puntos de discrepancia para poder tejer un acuerdo de gobierno de coalición. El PSOE quiere ver hasta donde cede Podemos para construir un "gobierno parlamentario". A Iglesias esa propuesta le parece una petición velada para que se abstenga. Y Ciudadanos ya ha advertido que, en todo caso, desea abrir otra reunión tripartita, con socialistas y PP. Todos se sentarán a negociar, pero se mirarán con recelo.