E l Partido Popular quiere impedir cualquier posibilidad de que los presos del procés obtengan el indulto. Tras el guiño del ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, a los partidos independentistas anunciando que la semana que viene comenzará la tramitación de las peticiones de indulto de los organizadores el referéndum del 1-O, el partido de Pablo Casado movió ayer su primera ficha para tratar de poner fin a esta «traición»: promover una reforma legal que prohíba indultar a los condenados por secesión y rebelión. El gesto del Gobierno, aunque por motivos opuestos, tampoco convenció a Oriol Junqueras, que insistió en la amnistía y la «desjudicialización» de la política. El Gobierno deplora el «guirigay» sin sentido, en palabras del propio Campo, porque lo único que se dispone a hacer es dar comienzo a un proceso al que le obliga la ley.

Apenas unas horas después de que Campo revelara el gesto del Consejo de Ministros a los presos, Casado ya cargó contra el Gobierno y anunció que, de llegar a concederse los indultos, recurrirán la decisión al Tribunal Supremo, como también harán Vox y Cs. No obstante, su intención es no tener que llegar a este punto y, directamente, prohibir al Gobierno dar este paso. La portavoz de los populares en el Congreso, Cuca Gamarra, explicó que su formación registrará una proposición de ley para reformar la ley de indultos e impedir que se pueda conceder esta medida de gracia a los condenados por sedición y rebelión.

«Si Sánchez no defiende los intereses de España, si se le cae ya la careta y revela el precio tan caro que paga por seguir en el poder, el PP sí está dispuesto a defender a España», sostuvo ayer Gamarra cuando adelantó las intenciones del PP. Previamente, el secretario de Justicia e Interior del partido, Enrique López, tachó de «escándalo y traición democrática» el indulto a los presos del procés al no haber mostrado arrepentimiento y haberse «jactado» de que volverían a actuar igual. Acto seguido, la vicesecretaria de Política Social popular, Ana Pastor, acusó al Gobierno de llevar a cabo «otro de los favores» que le deben a los independentistas a cambio de «que les apoyen».

Unas críticas a las que se sumó Casado echando mano de unas declaraciones de Felipe González. El líder del PP publicó en Twitter un vídeo del expresidente del Gobierno en el que critica el acercamiento de Sánchez a ERC y EH Bildu: «Hacer un proyecto de país con gente que no cree en ese país es inquietante». Casado aprovechó los reproches del exlíder socialista para defender su no a negociar con el Gobierno: «Con ese socialismo [que defiende González] sí que podríamos pactar, pero Sánchez lo ha liquidado».

«Nuestra respuesta sigue siendo la misma: somos inocentes y nuestra opción es la amnistía», sentenció el líder republicano en declaraciones a La Sexta enviadas desde la cárcel de Lledoners. La solución, apuntó, pasa por «desjudicializar» la política y, en ese sentido, ve «pocas diferencias» entre las intenciones del Gobierno y las del PP.

Todo el revuelo generado en torno a los indultos parece que sorprendió a Campo, que calificó de «guirigay» las reacciones de unos y otros cuando el Ejecutivo solo está cumpliendo con «la obligación legal de tramitar cualquier indulto, sea de quien sea». El líder del PSC, Miquel Iceta, también salió en defensa del Gobierno y aseguró que «no es un motivo de escándalo» que se cumpla la ley de indultos.

Aun así, el ministro de Justicia sí reconoció que sería «estupendo» si al final la cuestión de los indultos acaba ayudando a resolver un «conflicto político» como «efecto transversal». H