No estaba previsto que Mariano Rajoy hablara en público ayer, pero lo hizo. Y bien temprano. No quiso dejar que las tertulias de la mañana versaran sobre las pullas que le había lanzado la víspera por la noche su mentor, José María Aznar. Horas después de que el dirigente gallego anunciara su salida de la presidencia del PP, Aznar habló en la presentación de un libro y se ofreció a recomponer el centro-derecha español después de asegurar que no se siente «representado» por ningún partido. Tampoco por el PP. «El centroderecha no hay que reconstruirlo (…) El partido de centroderecha es el PP, que tiene 137 escaños, más de 50 que el segundo partido, que no es de centroderecha», le corrigió Rajoy en los micrófonos de la Cope.

La línea marcada por el jefe del Ejecutivo censurado la semana pasada fue secundada pocos minutos después por el número tres del PP, Fernando Martínez Maillo, y más tarde por la secretaria general, María Dolores Cospedal, y a media mañana por el líder de los conservadores en el País Vasco, Alfonso Alonso, y la jefa de los populares valencianos, Isabel Bonig… La actual dirección del PP quiso dejarle claro a Aznar que se equivoca. Que no es el momento. Que su tiempo ha pasado. «Hace mucho tiempo que no entendemos a Aznar cuando habla», aseguró Maillo. El coordinador general lamentó que no respetara el momento y que enturbiara el día del adiós del político gallego. «Ayer [por el lunes] era el día de Rajoy (…) Fue un día muy emotivo y no entendemos lo del centroderecha, sinceramente», recordó sobre la despedida en el comité ejecutivo.

Alonso considera que el feo de Aznar se debe a que «se ha alejado mucho de la realidad del PP» y que «no está actualizado» porque «ya no habla mucho con la gente en las sedes».

La oferta de reconstrucción lanzada por el jefe de la FAES no fue clara. No se sabe si está pensando en una plataforma, un nuevo partido o en qué exactamente. Por si acaso, los de Ciudadanos, a los que ha piropeado en alguna ocasión en los últimos años, prefirieron salir y decir que Aznar ya «no pinta nada» en la escena política.

Ante el shock de haber sido expulsada del poder, en la derecha empiezan a surgir algunas ideas para remontar. El siempre activo diputado José Manuel García Margallo propuso que PP y el partido naranja asuman una «reedición» de la UCD, porque ve «absurdo» que se produzca una «competición fratricida» en el centroderecha, una idea que en Génova no quisieron comentar.