E l PP ha encontrado en la reciente investigación a Podemos la vía para desgastar al Gobierno. Desde que se conoció que tres dirigentes morados y el propio partido como persona jurídica habían sido imputados por los presuntos delitos de malversación y administración desleal, el pasado martes, los conservadores han dejado en un segundo plano las críticas a la Casa del Rey por parte de Pablo Iglesias, el choque por el superávit municipal y los rebrotes de la pandemia para centrar sus mensajes en este caso. Exigen el cese del vicepresidente segundo, echando mano de la moción de censura a Mariano Rajoy que permitió la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa. Si el presidente no releva a Iglesias, señalan en el PP, habrá «ligado su futuro» al del líder de Podemos. Es decir, si la organización morada es condenada, será Sánchez quien deba dejar el poder.

«Máximo respeto a la independencia judicial», dijo el presidente el miércoles, tras despachar con Felipe VI en Palma de Mallorca. Fueron unas palabras muy escuetas, preparadas al milímetro, pero fueron más de lo que ha dicho Iglesias, que desde que se conoció la imputación se ha instalado en el más absoluto silencio, junto al resto de miembros morados del Gobierno.

La parte socialista del Ejecutivo asiste a este proceso con incomodidad, pero insiste en que la coalición no se va a resquebrajar. El Gobierno está «fuerte», aseguran los ministros en público y privado. Pero la imputación, provocada por las acusaciones de gastos sin justificar y pagos de sobresueldos por parte del exabogado de Podemos, José Manuel Calvente, llegan en un momento muy complicado.

Con España volviendo a las portadas de todo el mundo por el nuevo envite del coronavirus, socialistas y morados han aireado sus profundas diferencias en los últimos tiempos, a cuenta de la salida de Juan Carlos I de España y la posibilidad de negociar con Cs los Presupuestos del año que viene. Una traición al pacto de coalición para Podemos. Aun así, el Gobierno, subrayan, «resiste».

El pasado miércoles, Pablo Casado, líder del PP, compartió un vídeo en su cuenta de Twitter. Se veía a Sánchez y a Iglesias justificando la moción de censura a Rajoy. «No es regeneración democrática liderar partidos financiados irregularmente y apoyar su Gobierno», decía el líder socialista. «Solo un incompetente no sabe qué ocurre en su partido», señalaba el secretario general de Podemos. Y el líder de la oposición, Pablo Casado, concluía: «La caja B exige el cese del vicepresidente de Sánchez con la misma vara de medir de su moción de censura».

El PP, en cualquier caso, no piensa aflojar. «Iglesias está inhabilitado para seguir siendo vicepresidente. Y Sánchez no puede diluir sus responsabilidades. Liga su futuro a las que se diriman en el juzgado por la comisión presunta de delitos vinculados a la corrupción de Podemos», dijo su vicesecretario de Política Territorial, Antonio González Terol. Los populares pidieron la convocatoria de un pleno antes de mes en el Congreso para que comparezca Iglesias.

El dirigente podemista explicó que en su partido lo que existe es la «caja S de solidaridad», una cuenta a la que, dijo, va el dinero que donan mensualmente todos los diputados de su sueldo. Unos ingresos que, señaló, los donan a «proyectos de comunicación, conflictos sociales y a trabajadores que están en huelga».

«Ya cuando hablan de los sobresueldos me tengo que reír por no llorar», afirma Rodríguez en el vídeo antes de subrayar que «los sobresueldos era lo que cobraban en el PP» por «haber participado en sus negocietes turbios». «¿Qué sobresueldo vamos a tener nosotros si donamos parte del salario?», se pregunta el secretario de Organización morado en el vídeo antes de argumentar que cualquier dinero que reciban por debajo de la asignación como diputados «sería legítimo» que lo cobraran, pero que «la realidad» es que eso no ocurre.

Continuando con la retórica esgrimida por el partido de Iglesias, Rodríguez defendió que el objetivo de esta investigación es sacarles del Gobierno: «Intentan cansarte, hundirte y que te retires para que sigan ellos gobernando como han hecho toda la vida, porque les molesta que gente normal y corriente, gente que no obedece a los dictados de los poderes económicos estén en el Gobierno».