Las semanas en que populares y socialistas intensificaron sus contactos para preparar el despliegue en Catalunya del artículo 155 de la Constitución, ministros, dirigentes de PP y también de PSOE se quejaban de que Albert Rivera iba "por los platós" reclamando una intervención urgente y "solo" para convocar elecciones autonómicas, al tiempo que sugería que era el momento de terminar con el "adoctrinamiento" en las aulas catalanas. O de que presentaba en el Congreso o en el parlamento andaluz iniciativas supuestamente en pro de la unidad de los constitucionalistas, a sabiendas de que para los de Pedro Sánchez suponía un problema interno dar apoyo a esas mociones. "Lanza mensajes para todos los públicos, contradictorios entre sí a veces, pero da igual: Él está en lo que está, el electoralismo, porque sabe que las encuestas le van bien", decía por aquel entonces un destacado miembro del Gobierno de Mariano Rajoy ante la actitud de sus socios.

Se refería esta fuente en aquellos días a los sondeos en Catalunya ante un potencial adelanto de comicios. Pero a tenor de los resultados que este martes ha arrojado el CIS, que evidencian un importante crecimiento de los naranjas en plena crisis soberanista en toda España: se le otorga a Ciudadanos una intención de voto del 17,5%, tres puntos más que en el anterior estudio del organismo público, difundido el pasado julio, mientras que el PP apenas crece. Y las encuestas de ámbito catalán también se le presentan de cara.

Así las cosas, en La Moncloa y en el PP hay una inquietud indisimulada por que sea Rivera quien rentabilice en exclusiva la respuesta ante el independentismo catalán, al no tener que rendir cuentas o medir sus discursos en clave gubernamental, especialmente frente a los socios internacionales. De hecho, fuentes del partido naranja admiten que una cosa es avalar la puesta en marcha del 155 y otra hacerse responsable de su despliegue, hasta el punto que subrayan que "controlarán" al Gobierno en este sentido y le pedirán explicaciones cuando se considere oportuno.

Experiencia gubernamental

En ese contexto y teniendo en cuenta que ha arrancado la precampaña del 21-D hay que leer las declaraciones del número tres de los populares, Fernando Martínez-Maillo, atacando directamente a C's. "Nosotros hemos demostrado que sabemos gobernar, algo que todavía algunos no han testado nunca. Eso es importante, algunos no han testado nunca", afirmó Maillo en un desayuno informativo en Madrid, añadiendo que “no es lo mismo tener opiniones que tomar decisiones".

Esa es la explicación que dan en el PP -que públicamente dice sentirse satisfecho con el CIS- a la subida electoral de C’s: que los de Rivera pueden opinar “e incluso cambiar de opinión sobre la marcha” sin que ello tenga el coste que tendría, dicen, si formara parte del Ejecutivo central. Y ponen como ejemplo que en los primeros días de septiembre Rivera no era partidario de aplicar el 155 y, unos días después, se convirtió en su principal valedor.