El presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, aprovechó ayer la presencia de Felipe VI para apelar a «los principios de lealtad institucional, justicia, solidaridad y sometimiento a la ley y al Derecho» como elementos esenciales de la convivencia política, durante el 40 aniversario del tribunal de garantías. El rey, por su parte, llamó al TC «defensor eficaz de las garantías democráticas» y «garante por antonomasia de nuestra democracia».

Pese a las últimas informaciones aparecidas sobre Juan Carlos I, que llevaron a su hijo a renunciar a su herencia, González Rivas defendió al Rey como «símbolo de la unidad y permanencia de la nación», «árbitro y moderador de los poderes del Estado». Concluyó recordando «los principios y valores de nuestro Estado social y democrático de Derecho, que reconoce a la monarquía parlamentaria como símbolo de su unidad y permanencia».

Felipe VI homenajeó al tribunal, «clave de nuestra arquitectura constitucional», al definirlo de «instrumento de seguridad jurídica» que ha permitido el «periodo más largo de desarrollo social, político y económico de la historia de España». Destacó su labor en el reconocimiento de los derechos y «su contribución decisiva y determinante en la articulación territorial del Estado conciliando su unidad y su diversidad».

Entre el auditorio estaban magistrados del Constitucional, muchos del Tribunal Supremo, presidentes de Tribunales Superiores de Justicia y la fiscala general del Estado, Dolores Delgado. El líder del PP, Pablo Casado, y por el Gobierno, la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo y los ministros Juan Carlos Campo, Fernando Grande-Marlaska y Margarita Robles, así como las presidentas del Congreso y el Senado, Meritxell Batet y Pilar Llop.

Tras escuchar el himno se guardó un minuto de silencio por las víctimas del covid-19 y González Rivas destacó las más de 8.553 sentencias y los 2.858 autos dictados por el Constitucional desde que se constituyó.